El diferencial cambiario será un punto a favor de las familias que sigan recibiendo remesas, ante el mayor rendimiento de cada dólar.
El flujo de remesas a México caerá entre 17 y 25 % anual este año, superando así la histórica contracción que percibieron los hogares receptores en el 2009, durante la crisis económica, estimó el gerente de Estadísticas Económicas en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla), Jesús Cervantes.
La caída de las remesas 11 años atrás fue de 15.3% anual, resultado de la crisis en la que estaban sumidos el sector hipotecario y de construcción de aquel país, lo que destruyó el empleo de los migrantes mexicanos.
“Sólo que entonces, en el 2009, el sector servicios se defendió bastante bien, convirtiéndose en el refugio de mujeres migrantes, que se integraron a trabajar en tiempo parcial y completo,” sostuvo.
A diferencia de aquel momento, hoy tenemos una suspensión generalizada de los empleos en Estados Unidos (EU), para evitar la propagación del Covid-19, aseveró en entrevista.
De acuerdo con el experto, las empresas que en Estados Unidos se han acogido en primera línea a los programas públicos de ayuda, son las que emplean a migrantes mexicanos, como las dedicadas al sector de la construcción y servicios.
Expresó que no se puede tener una previsión más puntual, pues el Covid-19 está afectando de forma diferenciada a los estados de aquel país, y se tiene que revisar cómo se encuentra la situación sanitaria y de empleo en California, Texas y Arizona, que son los lugares donde es mayor la población de migrantes mexicanos.
Información del Banco de México (Banxico), evidencia que en el último trimestre del año pasado, el mayor envío de remesas al país lo lideró California, pues los migradólares que entraron al país, entre octubre y diciembre, representaron 31.2% del flujo promedio mensual.
Pero la recuperación será más rápida
El gerente del Cemla descartó que los migrantes mexicanos cancelen por completo el envío de dinero a los 6.4 millones de personas en el país. Pero es claro que la entrada mensual de 300 dólares en promedio que tenían aún el año pasado, se verá reducida fuertemente, y que también bajará el número de envíos, refirió.
Todavía en febrero, el Banco de México registró la entrada de 2,694 millones de dólares en remesas, en 8.4 millones de transacciones.
De acuerdo con el también investigador, en la crisis del 2008, pasaron dos años, para que los flujos de remesas arrojaran datos positivos. Sin embargo, fue hasta el segundo trimestre del 2013, cuando las remesas alcanzaron niveles de envíos similares a los del 2007.
En su opinión, hoy la recuperación será más rápida, pues responde a una súbita parada de actividades para evitar la propagación del Covid-19, es decir, no es resultado de la fase del ciclo económico.
De manera que una vez que se cuente con una vacuna, o el tratamiento, se irá normalizando la actividad económica y los envíos fluirán de nuevo. Para el gerente de Cemla, es probable que en el 2021 todavía se ubique el flujo de remesas por debajo del histórico del 2019, cuando ingresaron al país 36,038 millones de dólares. Pero no tendrían que tomarse de nuevo cuatro años para el retorno.
Tipo de cambio a favor
El experto confió que el diferencial cambiario será un punto a favor de las familias que seguirán recibiendo remesas, pues cada dólar les otorgará mayor rendimiento.
De ninguna manera ayudará a compensar la caída, pero será un factor relevante, finalizó.
En febrero, que es el reporte actualizado más reciente divulgado por el Banxico el flujo de remesas registró un incremento de 10.5% anual. Pero como en México las familias receptoras gastan en pesos, al cambiar el giro, les rindió 8.1% más de lo que les benefició también hace 12 meses, según las cuentas de Goldman Sachs.
Al descontar inflación en el mes, el rendimiento del giro de remesas fue 4.4% mayor al de hace un año, en términos reales.