IÑAKI GAISKA
Tras informar que ha iniciado el rediseño de la política pública para el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas mexicanas, la titular de la Unidad de Desarrollo Productivo de la Secretaría de Economía, Ana Bárbara Mungaray, destacó los resultados de la encuesta realizada por el Inegi que resalta la existencia en México de 4.1 millones de negocios de este tipo.
Destacó los números proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, por medio de la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Enaproce) 2018 y reveló que en este análisis también colaboraron la Secretaría de Economía y la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE).
“El estudio es de gran valor, porque proporciona información valiosa para mejorar la nueva estrategia de política pública de apoyo a las MIPyMES del país; tiene como principios básicos una distribución regional de los recursos que propicie un desarrollo más equitativo y el aprovechamiento de oportunidades estratégicas de inserción en los mercados”, resaltó.
CAPACITACIÓN
Entre los resultados más destacados de Enaproce, se encuentra que en 2017 el 15.3% de las MIPyMES impartió capacitación a sus trabajadores y desglosa que el 61% de las personas que recibieron dicha instrucción laboral eran hombres y 39% mujeres.
A su vez, dio a conocer que siete de cada diez empresas que no impartieron estas tareas señalaron que el conocimiento y habilidades de su personal es el adecuado; 13.2% manifestó que contrata personal ya capacitado y 4.7% considera que el costo es elevado.
En cuanto a la solución de problemas en el proceso productivo, advierte que el 25% de las MIPyMES solucionó éstos y además emprendió acciones para evitar que sucedieran nuevamente. En tanto, 21.5% dio solución, pero no llevó a cabo acciones posteriores.
La Encuesta informa también que el 28.2% de las PyMES monitorea de tres a cinco indicadores claves del desempeño y un 8.8% monitorea de diez o más indicadores, mientras que un 66.5% de las microempresas no monitorea indicadores.
Respecto a los créditos bancarios, asevera que si a las MIPyMES se les ofreciera un crédito bancario en términos del 2018, 7 de cada 10 no lo aceptarían, y de éstas, seis de cada diez consideran que son caros, en tanto que 2 de cada 10 aseguran que no lo necesitan.
De las empresas que tuvieron financiamiento en 2017, ocho de cada diez lo utilizaron para comprar insumos, 27.5% para adquirir maquinaría y 25.6% para el pago de otros créditos, enfatiza.
