IÑAKI GAISKA
La diputada local perredista, Olga Luz Espinosa Morales alertó sobre la “bomba de tiempo” que representan cientos de expendios ilegales de venta de combustible en gran parte de los municipios fronterizos que colindan con Guatemala. “Esta gasolina muy probablemente sea producto del ‘huachicoleo’, pero nadie hace algo al respecto”, señaló.
En entrevista la representante popular consideró que la actividad, amén de romper la normatividad existente para la compra-venta del carburante, se realiza por parte de prácticamente todas las casas particulares y expendios de otros giros ubicados a orilla de las carreteras, “situación que pone en peligro latente a decenas de personas en caso de una explosión”.
Alertó que extraoficialmente la gasolina que expenden en infinidad de poblaciones de municipios como Tapachula, Frontera Comalapa, La Trinitaria y Maravilla Tenejapa, entre otros, proviene tanto de la extracción ilegal del combustible en los ductos de Pemex, así como vecino país del sur. “Obviamente hay demanda, pues la venden más barata por litro”.
La legisladora del Sol Azteca mostró su preocupación ya que pese a las denuncias que han hecho diferentes sectores sobre esta situación, la autoridad tanto municipal, estatal y federal, parece estar ciega. “Esta actividad parece tan normal, que es común ver que hasta menores de edad fungen como despachadores de gasolina, lo cual es muy peligroso”.
Espinosa Morales pidió a las autoridades relacionadas con la comercialización ilegal de combustible el actuar antes de que se registre una tragedia en cualquiera de las demarcaciones donde se realiza ésta. “Recordemos la explosión de
Tlahuelilpan, Hidalgo, donde aunque si bien es cierto fueron otros los factores que detonaron el incidente, la realidad es un hecho donde está involucrada la gasolina y donde hubo un saldo de 137 muertos y 74 heridos”.
La frontera entre México y Guatemala tiene una extensión de 573 kilómetros en los cuales existen ocho cruces fronterizos, empero, se calcula que en esta misma línea divisoria hay poco más de 56 puntos usados por migrantes ilegales y traficantes de drogas y armas, aprovechando que las autoridades aduaneras no tienen control de los mismos.