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Epistolario… Tío AMLO se enojó, pero… con Lozoya, Deschams y Rosario, «no guarda rencores»

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Foto, cortesía de político.mx

 Todo se paga

Por Armando Rojas Arévalo

CARLOS ALBERTO: ¡Se enojó el tío, ayer! Hoy, no tanto, después del uno por ciento que tuvo el crecimiento económico. Ayer quería arrasar con todo, avaló la Ley Garrote del gobernador de Tabasco  y que LOZOYA, ROMERO DESCHAMS y ROSARIO se fueron derechito a la cárcel. Hoy amaneció con ganas de perdonarlos.

Un juez frenó indefinidamente cualquier orden de aprehensión de LOZOYA. De ROSARIO, aunque ayer –o antier- AMLO dijo que no habría impunidad, se sienten movimientos bajo tierra de que la ROBLES, quien ya tiene amparo para no ser detenida, será perdonada. Como que se acordó de una declaración que hizo el 15 de septiembre de 2018, de que la Chayo es un “chivo expiatorio” y que no es su intención meterla a la cárcel por los saqueos en Sedesol y Sedatu.

La “Ley Garrote” significa una negación a su origen político y un obstáculo a la libertad de la manifestación de ideas.

La persecución contra LOZOYA, ROMERO DESCHAMPS, COLLADO, ROSARIO ROBLES y otros más dan fe de su talante. “No guardo rencores ni abrigo deseos de venganza. No voy a perseguir a nadie”, decía. Nomás decía, porque en este país, a cada capillita le llega su santo, y, también, como dice El Eclesiastés “hay tiempo para reír y hay tiempo para llorar”

La Ley Garrote, iniciativa del gobernador de Tabasco, aprobada por el congreso local y el aval del propio AMLO, castiga hasta con 20 años de cárcel a quienes bloqueen carreteras y calles  y obstruyan obras públicas. Ya se olvidó de los bloqueos a pozos petroleros en Tabasco, en 1996, que él encabezó tras perder la gubernatura del estado. También olvidó que él encabezó en julio de 2006, el bloqueo que duró 47 días en Paseo de la Reforma, para exigir contar voto por voto la elección presidencial en la que fue candidato. Hoy, previendo bloqueos para impedir la obra de Dos Bocas  y el tren Maya, dice que cualquier obstrucción de obra pública es ilegal y merece cárcel.

El olvido está lleno de memoria, es el título de un libro de BENEDETI. Dice: El olvido es un gran simulacro repleto de fantasmas. Nadie puede olvidar, aunque así lo quiera. El olvido no es un depósito desierto, ni una cosecha de la nada: el amor, el desamparo, las lealtades y las traiciones no se borran.

VOLVIENDO AL TEMA de EMILIO LOZOYA, JUAN COLLADO, JULIO ROMERO DESCHAMPS y ROSARIO ROBLES, podrá pensarse que están en la antesala de la cárcel. A no dudar, a petición de la propia ROSARIO, también su ex novio CARLOS AHUMADA, también entra en esa lista. Fue quien “cantó” que el primero en ver los videoescándalos de BEJARANO, IMAZ y RAMÓN SOSAMONTES recibiendo fajos de billetes, fue CARLOS SALINAS en su casa, mientras que la ROBLES esperaba ansiosa la orden en la antesala de la misma. Luego los mandaron a las televisoras.

Otros, como PEDRO JOAQUÍN COLDWELL, ex secretario de energía; IDELFONSO GUAJARDO, ex secretario de Economía, y el general JUAN TRAUWITZ, ex jefe de vigilancia de Pemex, andan a salto de mata.

De JUAN RAMÓN COLLADO se sabe registró movimientos millonarios en 24 cuentas que fueron abiertas en Andorra, en la Banca Privada d’ Andorra (BPA), mismas de las que el abogado se benefició. Las cuentas fueron congeladas en 2015 por irregularidades en BPA, y aunado a esto, 87.5 millones que se encontraban en 11 diferentes cuentas fueron embargadas por supuesto blanqueo de capitales)

¿He dicho que todos ellos están en la antesala de la cárcel? Un momentito, por favor. La experiencia nos ha enseñado que no hay que  lanzar cohetes ni echar porras en la víspera, porque, ¿Sabes, qué?, lo que quiere AMLO es que queden señalados de por vida y va a traerlos con la testa cubierta por un sanbenito y desfilando por las calles en un carromato-jaula, para que el infelizaje, o mejor dicho el pópulo les arroje piedras y jitomates, les miente la madre y sacie su apetito morboso de humillación y venganza, como si fueran miembros de aquella monarquía francesa del siglo XVIII. Para AMLO, más importante que la cárcel es el mensaje, el cual  tiene destinatario. Se trata de un ajuste de cuentas incruento, clásico de la política a la mexicana. Es como un pisotón de callos para que se entretengan un rato. El mensaje es para el que mueve la cuna: “¡cálmate!”

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