MXCity. Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart, mejor conocido como Wolfgang Amadeus Mozart, escribió un Réquiem espectacular. Según se dice, un hombre vestido de negro visitó a Mozart en su casa de Viena y le pidió componer un Réquiem, una pieza que se interpreta en la misa de un difunto. El hombre misterio nunca le dijo su nombre, tampoco el nombre de la persona que necesitaba el servicio fúnebre. Mozart aceptó el trabajo y recibió un adelanto.
En julio de 1791, Mozart componía dos óperas simultáneas al Réquiem, que no iba ni a la mitad. En hombre misterioso apareció de nuevo, y el compositor pensó que se trataba de un mensaje del más allá y se convenció de que la pieza estaba destinada para su propio funeral. Compuso las primeras tres secciones, los coros y algunas partes instrumentales hasta que cayó enfermo a mediados de octubre.
En cama, Mozart instruyó a su alumno Franz Xaver Süssmayr para continuar el Réquiem, pero nunca alcanzó a ver el producto final. Mozart murió el 5 de diciembre de 1791. Una parte de su Réquiem sonó en una misa celebrada en su honor el 10 de diciembre.
La versión histórica es que el compositor alcanzó a componer las tres primeras partes de la obra (Introitus, Kyrie y Dies Irae) y dejó anotaciones para las dos siguientes (Domine Jesu y el Agnus Dei). Las últimas secciones de la pieza (el Sanctus y el Communio) fueron compuestas por Süssmayr, quien utilizó temas que Mozart ya había usado al inicio del Réquiem. La pieza pasó a la historia y se ha utilizado en diferentes servicios fúnebres a lo largo de la historia.
Por si esto fuera poco, la esposa de Mozart, Constanze, se encargó de difundir diversas historias sobre la pieza, con el fin de reclamar la autoría de su esposo y seguir obteniendo las regalías de la obra musical. Por esta razón, y por otras tantas historias, el Réquiem se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración para obras de teatro, novelas, películas, y por supuesto, música.
El Réquiem en D menor es, en efecto, la última obra de Mozart. Es un pieza dividida en catorce secciones, cuya sacralidad y dramatismo son superiores en miles de sentidos durante la época Lacrimosa. Esta vez, la Orquesta Sinfónica Nacional y la Compañía de Danza Contemporánea de Cuba darán vida al Réquiem en D menor de Mozart.
Esto, en colaboración con el Coro En Harmonía Vocalis y con el predigioso bailarín Rasta Thomascomo invitado, lo que promete una propuesta atrevida e innovadora que busca ofrecer una perspectiva fresca de Mozart al público mexicano. El director Pepe Olivares, creó este ambicioso proyecto a lo largo de tres años, en torno a la afamada pieza del autor austríaco, una de sus favoritas. Carlos Miguel Prieto y Claudia Hinojosa se encargarán los encargados de la Orquesta Sinfónica Nacional donde veremos a más de 200 artistas en escena.