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El protector de un alto funcionario peñista ahora trabaja con Irma Eréndira

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De protector del exdirector de la Conagua, David Korenfeld, a mano derecha de la encargada de la lucha contra la corrupción de la 4T: esta es la inexplicable travesía de Efraín Álvarez Caborno para convertirse en una cuestionada estrella de la Secretaría de la Función Pública.

EMEEQUIS.– Hace cinco años, Efraín Álvarez Caborno encubrió al director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en tiempos de Enrique Peña Nieto, David Korenfeld, y ordenó reservar por tres años los detalles de los vuelos personales que hizo su jefe con un helicóptero de gobierno, tras ser acusado de cargos de corrupción.

Hoy, ese mismo hombre, exintegrante del Comité de Información de Conagua, trabaja codo a codo con la “zar anticorrupción del país” como el influyente director general de Denuncias e Investigaciones de la Secretaría de la Función Pública (SFP), que dirige Irma Eréndira Sandoval.

La historia de cómo la llamada Cuarta Transformación trajo de vuelta a la vida pública a este polémico funcionario inició el 29 de marzo de 2015, cuando uno de sus vecinos del fraccionamiento Bosque Real en Huixquilucan, Estado de México, fotografió a David Korenfeld –entonces funcionario cercano al expresidente Enrique Peña Nieto– abordando con su familia un helicóptero oficial de la Conagua, la dependencia que dirigía.

Días después de su publicación, se supo que el funcionario priísta había viajado en la aeronave de Conagua rumbo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). David Korenfeld se excusó asegurando que había viajado para buscar un tratamiento médico para su rodilla, pero luego se conoció que, en realidad, había llegado al AICM para hacer un viaje de placer con su familia a los lujosos resorts de nieve de Vail, Colorado, en Estados Unidos.

AL RESCATE DEL JEFE

“Cometí un error inexcusable al utilizar un helicóptero de Conagua para transportarme al AICM. Ofrezco por ello una disculpa pública”, tuiteó David Korenfeld el 1 de abril de 2015, tratando de controlar el daño. Pero el golpe ya estaba dado y con el presidente Enrique Peña Nieto, asfixiado por escándalos de corrupción a su alrededor, su amigo cercano no tuvo más opción que renunciar.

De inmediato, distintos medios de comunicación solicitaron, vía la Ley de Transparencia, las bitácoras de los vuelos de las aeronaves de Conagua para conocer qué otros viajes personales había hecho David Korenfeld con cargo al erario público.

Entonces, los reporteros se toparon con Efraín Álvarez Caborno, encargado de resguardar la información pública de Conagua junto con David Alejandro Pérez Carreón y José Ángel Guillén Jardines. Todos eran empleados de confianza de Conagua, lo que significa que sus cheques requerían la firma de su jefe, David Korenfeld.

Los tres acordaron mantener por tres años como reservada esa información que hubiera sido clave para que la Secretaría de la Función Pública conociera rápidamente si aquel viaje familiar de David Korenfeld a Estados Unidos –que costó al erario 10 mil 800 pesos por solo ocho minutos de vuelo– era la excepción o la regla en su comportamiento como servidor público.

El argumento que firmó Efraín Álvarez Caborno fue que revelar esos datos constituiría un “riesgo para la vida e integridad física de los servidores públicos”.

EL GUARDIÁN DE LAS DENUNCIAS CONTRA LOS CORRUPTOS

Ahora, el escudero de ese presunto acto de peculado, ha ganado un puesto clave en la Secretaría de la Función Pública como director general de Denuncias e Investigaciones, pues entre sus atribuciones están recibir las quejas y denuncias que se formulen contra los funcionarios que manejen recursos públicos federales, ordenar las investigaciones sobre el incumplimiento de los servidores a sus obligaciones y vigilar las actuaciones y diligencias que se requieran en dichas investigaciones.

Dicho de otro modo, todas las denuncias y posibles inhabilitaciones de funcionarios y exfuncionarios que pasan por la Secretaría de la Función Pública ahora también pasan por sus manos.

Su cargo en la dependencia que dirige Irma Eréndira Sándoval parece estar oculto: en el actual directorio de la Secretaría de la Función Pública no está su nombre, sino el de su antecesora Laura Berenice Sámano Ríos, quien hace más de un año ya no ocupa ese puesto.

En el colmo de la opacidad tampoco aparece el actual correo electrónico de Efraín Álvarez Caborno ni el piso u oficina donde despacha a los ciudadanos en el edificio de Insurgentes Sur 1735, en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México.

UN HOMBRE DE MÁS DE 100 MIL PESOS AL MES

Lo que sí aparece en la página web es cuánto cobra mensualmente el exmiembro de la Conagua: un sueldo bruto de 133 mil 97 pesos con seguro institucional, colectivo de retiro, prima vacacional, prima de antigüedad, gratificación de fin de año, pagos por defunción y hasta vales de despensa cada mes.

Para confirmar que él es el director general de Denuncias e Investigaciones hay que visitar su perfil de la red social LinkedIn, donde presume sus otros cargos como adalid contra la corrupción: ha sido titular del Órgano Interno de Control de Secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional Anticorrupción y consultor independiente.

O hay que llamar a la Secretaría de la Función Pública, pasar largos minutos esperando que alguien conteste el conmutador, preguntar por él y recibir, todos los días por una semana, la misma respuesta, a cualquier hora del día: “El director Efraín Álvarez Caborno aún no llega, ¿gusta dejarle otro recado?”.

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