En el PAN arrancó esta semana la competencia real por la dirigencia del partido, días antes de que se publique la convocatoria para la renovación. A Marko Cortés, que llevaba dos meses trabajando en su candidatura, le surgió competencia de Héctor Larios y Rafael Moreno Valle, que presentaron el respaldo de la mayoría de gobernadores del PAN. Y en un tercer plano, también anunció sus intenciones de contender Manuel Gómez Morín, nieto del fundador de este partido, del mismo nombre.
El michoacano Cortés era el líder de la bancada de Diputados en la legislatura que acaba de terminar. Quien lo designó fue el excandidato presidencial Ricardo Anaya, entonces presidente del PAN, en un gesto que fue interpretado como una traición a su mentor, Gustavo Madero, que buscaba el mismo puesto. Por ello, es percibido como un candidato de continuidad de esa dirigencia, aunque en entrevista negó esta posibilidad.
“No. Yo no aspiro a ser el candidato del CEN (Comité Ejecutivo Nacional), como tampoco aspiro a ser el candidato de los gobernadores. Lo he dicho con toda claridad. Aspiro a ser candidato de los panistas”, aseguró.
Sin embargo, fuentes del partido aseguraron que sigue en contacto con Anaya para tomar decisiones sobre su candidatura y que en realidad no ha habido un rompimiento con él.
“Tendrá Marko Cortés que mandar una señal más contundente de deslinde, porque si no el estigma lo va a opacar”, aseguró Madero, que hace unos días publicó un mensaje en Twitter señalando que quienes apoyaron a Anaya se habían equivocado.
En busca de una “candidatura de unidad”
Tras la derrota electoral del 1 de julio, Damián Zepeda, que había sustituido a Anaya como presidente blanquiazul, dibujó la idea de que hubiera un candidato de unidad, para evitar mayores enfrentamientos al interior del partido.
Cortés, que quedó fuera de la lista plurinominal al Senado justamente por la debacle electoral, ya que iba en la posición 8 y sólo entraron 6, retomó esta idea de llegar a una candidatura de unidad, que él aspiraba a encabezar.
“El PAN necesita una dirigencia dialogante, que consense, que escuche. Yo me veo con todas las posibilidades de dirigir el partido he venido trabajando en el PAN durante muchos años bajo la filosofía de que tienes que construir. He cometido errores, como todos, pero he aprendido de ellos y he visto que la única forma de lograr los objetivos es cediendo, es construyendo, es siendo generoso. Me ha tocado dialogar con el gobierno, con los gobernadores, legisladores, como coordinador parlamentario, y todo esto sin duda te prepara para lo que hoy más necesita el PAN, que es escucharnos, es dialogar y encontrar un consenso”, aseguró.
Hasta ahora, había logrado sumar muestras visibles de apoyo, como de exlíderes juveniles que presume en su foto de portada de Twitter, entre los que están el diputado Jorge Romero o el dirigente en la Ciudad de México Mauricio Tabe; o figuras como Santiago Creel, exsecretario de Gobernación que fue coordinador de campaña de Anaya.
Pero el respaldo que no logró convocar fue el de los gobernadores panistas, que en el último tramo de la campaña presidencial se volvieron duros críticos del candidato y de los cuadros que dejó al renunciar a la dirigencia del partido. A unos días de que arranque formalmente el proceso, a quien han decidido apoyar es al exsenador sonorense Larios y al exgobernador poblano Moreno Valle.
Larios reconoció a Animal Político que también llevaba meses buscando construir una opción para renovar al partido, no necesariamente encabezada por él, que incluyó pláticas con distintos tipos de liderazgos, incluido el propio Cortés. Pero acusa que el michoacano nunca quiso ceder espacios, negociar una posible integración plural de un futuro CEN. Por ello, gobernadores y otras figuras, como el exsenador Roberto Gil Zuarth, que también había sonado como candidato, siguieron negociando hasta la dupla que presentaron el lunes pasado.
Es consciente del peso que Moreno Valle tiene como figura: quiso ser candidato presidencial hasta el último momento y por meses se negó a entrevistarse con Anaya; tiene fuerte presencia en Puebla, donde ahora su esposa es una de las pocas ganadoras de una gubernatura para el PAN; y algunos ven con recelo que vaya a ser la figura central en caso de ganar, una opción que Larios descartó.
“Yo creo que es un tema de ser muy claros en el diálogo, lo hemos sido los dos. Hemos tenido un par de diálogos muy claros. El que es presidente va a ejercer de presidente, el que es secretario va a ejercer las funciones de la secretaría general”, dijo.
Ve al PAN en riesgo de volverse irrelevante
Tras la derrota en la elección pasada, no hubo renuncias, como cuando en 2009 Germán Martínez dejó la dirigencia por el resultado, y muchos panistas acusaron que la autocrítica había sido muy tibia. Pero otros, como el exdirigente Luis Felipe Bravo Mena, fueron más drásticos y advirtieron que sin una seria reconstrucción, el PAN corre el riesgo de desaparecer.
Larios es uno de los que tiene un diagnóstico contundente: aunque consideró que el PAN no está en crisis “ni en terapia intensiva”, cree que corre el riesgo de volverse irrelevante, hasta extinguirse. Durante años, explicó, tuvieron “el monopolio de la alternancia”, porque si no ganaba el PRI, ganaban ellos. Pero esta vez hubo demasiadas derrotas que los llevaron a terceros y cuartos lugares.
“Si seguimos haciendo lo mismo, para la siguiente elección van a aumentar las irrelevancias, hasta que el partido sea irrelevante. En el mundo, cuando los partidos grandes se convierten en irrelevantes, prácticamente desaparecen, y hay muchos ejemplos: el partido que más primeros ministros llevó en Italia, ya no existe, el partido demócrata cristiano de Chile, que llevó a los dos primeros presidentes después de Pinochet, ahorita tiene un diputado en el Congreso… Entonces el PAN pudiera entrar en una ruta de deterioro agravado y terminar en una muerte larga, si no interpretamos bien las causas de la derrota que dependen de nosotros, porque todos los análisis que se refieren a causas externas, me parece que no sirven”, señaló.
El sonorense dijo no temer a una contienda interna fuerte porque el debate será la mejor muestra de que el partido sigue vivo, aunque por fuera haya quien lo interprete como una crisis.
La encuestadora Massive Caller comenzó hace dos semanas a medir la fuerza de los posibles candidatos a dirigir el PAN. En un primer ejercicio, el 18 de agosto, entre mil panistas con derecho a votar, aparecían casi empatados con 28% de apoyo Diego Fernández de Cevallos y Moreno Valle, mientras que por Cortés solo manifestó su respaldo el 20%.
Después de que Fernández de Cevallos se descartara, la opción de Moreno Valle subió hasta 40%, mientras que Cortés tenía 22%. Y a partir del anuncio de Larios, midiendo sólo a los dos contendientes principales, el sonorense obtuvo 53%, contra 47% de Cortés.
Será la próxima semana cuando previsiblemente la Comisión Electoral del partido emita la convocatoria para renovar la dirigencia. El primer reto será conseguir las firmas del 10% del padrón, alrededor de 28,000 militantes, por lo que es poco probable que se logre una tercera candidatura, como la que pretende Gómez Morín.
Después vendrá la campaña propiamente, para que en noviembre los panistas acudan a las urnas y elijan presidente, que empezará un nuevo periodo tras el criticado paso por la dirigencia de Anaya y Zepeda y, en estos últimos meses, Marcelo Torres.