En lo que se podria calificar como un exceso de arrogancia, el presidente del PRI en Chiapas, Rubén Antonio Zuarth Esquinca, afirma haber ganado 16 municipios en las pasadas elecciones, cuando en realidad ganó seis, ya que las restantes 10 no hubiera podido obtenerlas sin los votos que le sumaron el PAN y PRD, ya que en dichas demarcaciones compitieron juntos en la alianza «Va por Chiapas».
Se debe anotar que algunos de los Ayuntamientos que el Revolucionario Institucional alcanzó en solitario (Amatenango del Valle, San Juan Chamula, Larrainzar, San Juan Cancúc, Soyaló y Zinacantán), se identificaban desde muchos nueve años atrás como bastiones priístas, hasta que llegó el Partido Verde y cambió su composición.
El dirigente del tricolor presume qie ante adversidades y el panorama que se vivió en el proceso electoral, el PRI como partido de oposición sabe ganar, pero lo cierto es que gracias a la alianza que hizo con sus históricos rivales es que alcanzó casi el doble de Municipios que logró solo, pues se alzaron con el triunfo en: Bochil, Comitán, Copainalá, Chapultenango, Ostuacán, Pantepec, Las Rosas, Tapilula, Tecpatán y Tuxtla Chico.
«Todos esos espacios ganados con esfuerzo y estrategia, tienen la garantía que contarán con el respaldo de su partido, que no abandonarán al mismo, como lo hicieron otros. Esta es la primera elección que se pelea en Chiapas con factores adversos para el partido», señaló Zarth en un comunicado.
El líder, de quien muchos militantes han pedido su renuncia al cargo por los pésimos resultados en las elecciones, afirma en el mismo documento que se viven tiempos difíciles en que pelear por las causas justas los coloca en el papel de la verdadera oposición. Ahora el trabajo con el partido y de los candidatos está sujeto a su amor por un mejor Chiapas», advierte.
De igua lmanera destaca que a diferencia del pasado proceso electoral, donde tenía la solvencia, esas condiciones de triunfo no se dieron, y en este proceso el PRI sí tendrá a una diputada federal (Yeimi Yazmín Aguilar) que salió a competir y resultó electa.
La manera en que Esquinca rebautizó sus magros resultados fue asegurando que el PRI no perdió, porque recuperó espacios de importancia, dio resultados positivos ganados en las urnas, con el esfuerzo de los candidatos y candidatas que sabían que competían en tiempos adversos y que pese a esos factores salieron a dar la cara por el partido.
