Especialistas en moverle al reglamento, a darle la vuelta a sus responsabilidades y lanzar culpables, por no reconocer un error; grave, sí, pero un error humano que debería ser resuelto muy simple. La alineación indebida de Federico Viñas está tipificada, no es un invento de los medios de comunicación para perjudicar al América. Es hacer uso de la razón, consignar hechos y enseñar el reglamento.
Viñas salió a calentar, subió a la banca, algo que lo convierte en parte del juego Atlas vs América. Pasivo, sí, pero con los mismos derechos y obligaciones que los demás futbolistas elegidos por Santiago Solari. Ahora, que lo quieran disfrazar, darle la vuelta y culpar a Édgar Ulises Rangel, cuarto oficial, no ausenta de la responsabilidad al cuerpo técnico del América, porque sólo un iluso creería que fue equivocación del cuerpo arbitral, cuando se vio claramente que Viñas fue del calentamiento a la banca y luego al placo, cuando ya se habría armado el escándalo por parte del Atlas.
Pareció un regreso a los años 80, cuando el América era el todopoderoso de la Liga, cuando la transparencia era nula y Chabelo y Jacobo Zabludovsky justificaban sus extrañas maneras de proceder. Solari tiene un amplio cuerpo técnico. Lucas Andrés Nardi, Santiago Sánchez, Gilberto Adame, Bruno Militano, el entrenador de porteros sin título de entrenador, Luis Gurrola. También laboran Juan Manuel Navarrete y Mario Peniche; el primero, vigila la operación del equipo; el segundo, es el secretario técnico. ¿De verdad pensará la Comisión Disciplinaria que todos estos señores ni idea tenían de lo de Viñas?, ¿por qué si todo era tan legal, lo mandaron al palco en el segundo tiempo? Y lo peor: ¿Quién ordenó al director de cámaras de la transmisión que enfocara al uruguayo sentadito y bien portado en el palco en el segundo tiempo? Manipulación absoluta de la información.
Televisa, en 2001, cuando manejaba a varios equipos, tuvo un incidente similar. El Real San Luis, dirigido por Mario Trejo, alineó incorrectamente a un futbolista. La decisión —en ese momento— fue despedir a Trejo, porque se equivocó. En el caso Viñas, es todo lo contrario, es permitir que un cuerpo técnico sea sobreprotegido por su incapacidad y falta de conocimientos sobre el reglamento. En fin, aventarle la responsabilidad al árbitro es lo de hoy, al fin y al cabo se la pasan equivocándose.
No se trata de ganar o perder, es respetar y transparentar al futbol. Mikel Arriola tiene en sus manos el primer gran tema de su gestión: igualdad entre clubes, porque no hay ninguno por encima de otros. La Comisión Disciplinaria también tiene la gran oportunidad de darle credibilidad al futbol mexicano, y no solamente con el “Caso Viñas”, también con lo sucedido en San Luis Potosí. Directivos de Santos insisten en que tienen pruebas de racismo sobre Félix Torres, y los de San Luis que no existen. Si hay pruebas, deben expulsar de por vida a quien lo hizo; si no hay nada y es un invento, deben castigar enérgicamente a quien ideó tan semejante bajeza.
Así que no son tres puntos nada más, está en juego la credibilidad, la honestidad, la capacidad de los directivos del futbol mexicano, para no dejarse influenciar por el poder del América. No deben permitir regresar a los años 80. A nadie le conviene, ni a Solari, ni a Baños, ni a nadie en el América.