Sólido, el programa académico de la Licenciatura en Arqueología de la UNICACH
Como resultado de su experiencia en investigaciones sobre sociedades de cazadores recolectores, Juan Ignacio Macías Quintero, docente de la licenciatura en Arqueología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), fue invitado a la Universidad París 1 Panteón – Sorbona a realizar una estancia académica.
Considerando que esta prestigiada universidad desarrolla trabajos de investigación en varias partes del mundo, el objetivo de la estancia, explicó, es promover las intenciones de convenios para continuar una relación de colaboraciones e intercambios que beneficien a ambas comunidades académicas.
Además imparte un curso a estudiantes del posgrado en Arqueología de las Américas y participa en actividades de investigación junto a colegas de París.
Macías Quintero, doctor en antropología, licenciado y maestro en arqueología, es parte del equipo internacional de investigadores que por sus hallazgos en la cueva del Chiquihuite, en Zacatecas, determinó que el ser humano podría haber llegado a América hace 30 mil años, y no hace 13 mil a través del estrecho de Bering.
Específicamente, el experto se encarga de analizar con programas informáticos especializados la información recabada en la cueva, con el fin de entender mejor los procesos de ocupación humana, comportamiento cultural y distribución espacial.
Desde su propia vivencia, aconseja a los estudiantes procurar siempre crear y mantener redes de colaboración con colegas, investigadores e instituciones, ya que de esa manera se fortalecen las perspectivas de desarrollo académico y laboral.
Conocedor de varios programas académicos de arqueología, afirma que el de la UNICACH tiene características particulares que no se encuentran en otras instituciones.
“Es un programa muy sólido y muy bien pensado en el contexto de Chiapas y México; el plan de estudios permite combinar los aspectos teóricos y prácticos. Por ejemplo, tiene materias clave como Excavación y Sistemas de Información Geográfica, que son muy esenciales en la formación del arqueólogo. En otras escuelas no tienen estas materias, y se tiene que buscar cómo completar esa información”.
Otro aspecto en que la UNICACH destaca ante otras escuelas, observa, es que cuenta con profesores que tienen proyectos arqueológicos activos, lo que facilita que desde sus prácticas profesionales, servicio social y tesis de licenciatura los estudiantes se involucren y vinculen con investigaciones reales
