Desde hace año y nueve meses, cuando inició la LXVIII Legislatura de Chiapas, los reporteros que cubren la información del Congreso del estado deben lidiar con las poses y condicionamientos que interponen la mayoría de los diputados para poderlos entrevistar.
Es el caso del flamante presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Yamil Melgar Bravo, quien a decir de diversos comunicadores no acepta ceder unos minutos de su tiempo, excepto conozca al reportero y, además, solo se le aborde del tema que «proponga» anticipadamente.
Melgar Bravo parece olvidar que siendo responsable de uno de los dos órganos rectores del Poder Legislativo (el primero es la Mesa Directiva), estaría obligado a responder sobre los temas que son de interés de la sociedad chiapaneca.
No obstante, cuando se logra que ceda unos minutos, regularmente porque son varios los comunicadores que lo presionan, el Diputado morenista decide cuándo dar por terminada la interacción, dejando a muchos con más preguntas que respuestas.
Pese a su animadversión hacia los medios, lo irónico es que semanalmente el área de prensa del Congreso, cuyo titular se llama Tomás Torres, difunde al menos un boletín del diputado tapachulteco, con declaraciones insulsas o títulos ensalzando las obras del gobierno.
Esta estrategia sin duda es porque sigue suspirando por alcanzar a dirigir la alcaldía de Tapachula en 2024, oportunidad que perdió hace dos años y medio, luego de un paso más que gris por la Secretaría de Economía, donde no tuvo ningún logro que lo hiciera destacar como un buen servidor público.
