De acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no sólo el estado de Nuevo León vive una crisis por falta de agua, pues 18 entidades más sufren una situación grave por la sequía, fenómeno que cada año se presenta con mayor intensidad, frecuencia y amplitud territorial.
Señala que pese a la riqueza en materia de biodiversidad, México se ha vuelto más cálido desde la década de los años sesenta del siglo pasado. Las temperaturas promedio a nivel nacional aumentaron en 0.85°C y las temperaturas invernales en 1.3°C. Eso se traduce en menos días frescos y más noches cálidas.
Para GreenPeace, la falta de lluvia es central pero no es el único factor que provoca la escasez de agua potable en los hogares de México. Mala calidad, acceso inequitativo, construcción de infraestructura en áreas de recarga o conservación y mala gestión son algunos de los otros muchos factores que inciden.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo promedio debería de ser de 100 litros de agua por persona (equivalentes a seis cubetas). Con ese consumo se satisfacen las necesidades. Sin embargo, hay ciudades en el país donde las personas, por malos hábitos, llegan a consumir hasta 380 litros por día.
Las entidades más afectadas por la sequía son Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
Sin embargo, en las otras 13 también se han presentado condiciones de sequía atípica y sólo Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo registran menos problemas.
Riesgos y responsabilidad en materia de sustentabilidad de las ciudades
Enfatiza que la relación entre los recursos hídricos y el desarrollo económico ha comenzado a deteriorarse conforme se complica la disponibilidad de agua. Un ejemplo claro de esta relación es que se han generado pérdidas millonarias por el bajo rendimiento agrícola por hectárea en los distritos de riego que operan bajo el sistema de abasto a través de represas.
Según expertos del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, de las aproximadamente 22 millones de hectáreas que se siembran en el país, 16 millones son de cultivos que dependen principalmente de las lluvias y que hoy están profundamente afectadas por falta de agua. Eso ha agravado la inflación ya que se enfrenta una menor oferta de productos del campo.
Empresarios del país hicieron un llamado al Congreso de la Unión y a la Secretaría de Hacienda para que se dote de los recursos necesarios en 2022 y 2023 a las entidades federativas para el desarrollo de infraestructura necesaria para la captación, reinyección, saneamiento y reparación de fugas en la red nacional y asuman su responsabilidad de formular, actualizar y controlar el desarrollo de los programas de operación hidráulica y hacer la planeación para la distribución del líquido en sus comunidades.