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La operación de compraventa del avión presidencial José María Morelos representaría para el Estado mexicano una pérdida aproximada de 137 millones de dólares, esto respecto al precio de compra que se acordó en el gobierno de Felipe Calderón, el cual fue de 218.7 millones de dólares.
Lo anterior se desprende de un estudio de factibilidad que la administración de Enrique Peña Nieto ordenó realizar a Banobras en septiembre 2015; el análisis estuvo a cargo de la firma británica Ascend Flightglobal Consultancy y fue difundido en enero de 2016 por la Presidencia de la República.
De acuerdo con información de El Universal, en el estudio se establece que debido a las características propias del mercado aéreo y la complejidad del contexto económico de aquel momento, existía el riesgo de que la venta del avión no se pudiera concretar en el plazo de un año; asimismo, en caso de que este se vendiera en el mercado de aeronaves privadas en un periodo máximo de dos años, la pérdida de su valor alcanzaría los 65.69 millones de dólares y ésta subiría a 76.26 millones si la venta tardaba tres años.
El análisis también incluye una proyección de avalúos futuros de la aeronave conforme a los valores del mercado de las líneas aéreas comerciales. En ella se estimaba que en enero de 2016 el avión costaría 90.44 millones de dólares y para enero del año siguiente, 88.9 millones de dólares, es decir, 129.76 millones de dólares menos respecto a su costo de adquisición. Para enero de 2018 costaría 85.2 millones, 133.46 millones de dólares menos que al adquirirlo, y para enero de 2019, 81.6 millones, es decir, unos 137.06 millones menos que al momento de su compra.
El Universal recordó que en 2018 consultó a diferentes especialistas que coincidieron en señalar que la venta del avión presidencial no convenía financiera ni operativamente, pues la aeronave se va depreciando entre 5 y 8% cada año, y dependiendo del tiempo que tardara en venderse, la pérdida podría llegar hasta el 30% de su valor original. Esto es, confirmaron lo que se sabía desde tres años atrás: que el avión presidencial era un mal negocio.
