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A lo largo de la historia, hemos tratado de explicar cómo evolucionaron las jirafas, sobre todo por sus largos y hermosos cuellos.
Fantásticas teorías de la Edad Media sugerían que las jirafas eran un cruce de panteras y camellos. Otras teorías propusieron que las jirafas eran un tipo de quimera gentil o una versión de una criatura mítica china conocida como qilin.
El naturalista Charles Darwin utilizó el cuello de la jirafa como ejemplo de evolución y selección natural. El británico dijo que el cuello del animal había crecido en longitud por millones de años, lo que le permitía alcanzar las ramas más altas de los árboles para alimentarse.
Pero más recientemente, los científicos propusieron una teoría diferente que sugiere que el cuello de la jirafa creció a través de un intenso combate sexual.
La teoría de los «cuellos por sexo» sostiene que el combate de «golpes con el cuello» era una forma de competencia sexual entre machos.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Science sostiene que hay evidencia más convincente de que esas feroces batallas entre las primeras jirafas pueden haber creado una presión de selección para desarrollar tipos de cuello más extremos.
¿Cómo obtuvo la jirafa su cuello?
Los científicos encontraron esta nueva evidencia mientras estudiaban los fósiles de una criatura antigua llamada Discokeryx xiezhi. Se considera que la especie es una versión temprana de la jirafa que vivió hace unos 16,9 millones de años en la sabana abierta, al igual que las jirafas en la actualidad.
Los expertos encontraron que Discokeryx xiezhi tenía una inusual morfología, o forma de cabeza y cuello, con un casco de huesos gruesos en la parte superior del cráneo y vértebras cervicales extremadamente engrosadas.
El cuello largo y fuerte de una jirafa: para alimentarse y reproducirse.
Discokeryx xiezhi es también conocida como jirafoide. Se dice que tiene las articulaciones cabeza-cuello más complicadas encontradas en los mamíferos hasta la fecha.
Su estructura ósea estaba altamente especializada para dar cabezazos a alta velocidad, una posible forma de competencia sexual entre machos.
Los machos con cuellos más fuertes y largos vencían a los rivales más débiles y pudieron aparearse con las hembras, transmitiendo así sus genes para impulsar un proceso de selección.
Durante miles de generaciones de reproducción, que abarcan unos 11 millones de años, los cuellos de las jirafas se alargaron gradualmente, según la ciencia.
Cabezazos a través de generaciones
Los cabezazos siguen siendo un tipo común de comportamiento agresivo entre los animales, en particular entre los mamíferos, como los ciervos, las ovejas y los bisontes. Se utiliza en competencias de apareamiento y para luchar contra los depredadores.
Todas esas colisiones en la cabeza pueden provocar lesiones graves con el tiempo, como pasaría con los humanos.
Pero ese no fue el caso de Discokeryx xiezhi. Los investigadores creen que la especie tenía una anatomía de cabeza y cuello excepcionalmente robusta para soportar las luchas con el cuello.
En detalle, estiman que la cabeza de la Discokeryx xiezhi podría soportar enormes fuerzas de colisión en una fracción de segundo casi sin tensión en el cerebro. La fuerza del cráneo puede haber reducido el riesgo de contusiones cerebrales y otras lesiones.
Y además destacan que a pesar de su belleza abierta y gentil, las jirafas de hoy en día se involucran en feroces batallas de cuello, como su aparente predecesora.