Proceso
CIUDAD DE MÉXICO – El Papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, aseguró que no percibía un salario como líder de la Iglesia católica. Según declaró en el documental Amén: Francisco responde, el sumo pontífice no contaba con ingresos fijos ni bienes a su nombre, y cubría sus necesidades a través de la Santa Sede.
Declaraciones sobre su manutención
Durante una conversación con jóvenes en 2023, Francisco afirmó:
A mí no me pagan nada. Yo cuando necesito plata para comprarme unos zapatos o algo así, voy y lo pido. O sea, yo no tengo sueldo, y a mí eso no me provoca, porque sé que me dan de comer gratis.
El pontífice explicó que vivía en la Casa Santa Marta, donde tenía cubiertas sus necesidades básicas. Ante gastos mayores, evitaba cargar directamente al Vaticano y recurría a otras formas de ayuda.
Recursos económicos del Vaticano
La Santa Sede administra distintos fondos para el funcionamiento de la Iglesia y las actividades del Papa. Entre ellos se encuentra el Óbolo de San Pedro, una colecta global que apoya las obras del pontífice. Además, la Ciudad del Vaticano genera ingresos por turismo, donativos y otras actividades.
Aunque Francisco vivía con lo necesario, tenía acceso a recursos para acciones pastorales o de apoyo social. Un ejemplo fue su intervención ante la necesidad de una escuela en Papúa Nueva Guinea, donde recomendó solicitar ayuda económica a la Iglesia para cubrir los costos.
Estilo de vida y visión del Papa Francisco
Francisco indicó que su estilo de vida era similar al de un “empleado de medio nivel, quizás un poquito para abajo”. También señaló que cuando detectaba alguna situación urgente, pedía directamente al área encargada de ayudas dentro del Vaticano.
No tengo cuenta bancaria ni propiedades. Y cuando tengo que hacer un gasto un poco más caro trato de no cargar a la Santa Sede y pido a algunos que me ayuden.
El Papa fue hospitalizado varias semanas por una infección respiratoria y fue dado de alta el 23 de marzo. Falleció el 21 de abril a las 7:35 de la mañana, víctima de un ictus, en su residencia del Vaticano, según confirmó el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell.
Con su muerte, se convocará un nuevo cónclave para elegir a su sucesor. Mientras tanto, se reabre el debate público sobre las finanzas y el estilo de vida del líder de la Iglesia católica.