Eme Equis
El jueves pasado, Marko Cortés experimentó síntomas de Covid. Una prueba confirmó la noticia y lo llevó a avisar a quienes lo habían acompañado en las últimas horas: casi toda la próxima bancada del PAN en San Lázaro.
Parecía un día de rutina para el dirigente nacional de Acción Nacional, Marko Cortés: por la mañana tuvo una reunión con la gobernadora electa de Chihuahua, Maru Campos, y por la tarde, otra con diputados federales electos. Pero lo que parecía una jornada cualquiera, en plena tercera ola de pandemia se convirtió rápidamente en horas de terror para su partido.
Tras cumplir con sus compromisos del jueves 29 de julio, Marko Cortés comenzó a sentir los síntomas clásicos del inicio de la infección: dolor de garganta y cansancio, como lo anunció en su cuenta de Twitter al otro día (30 de julio). Las molestias lo llevaron a realizarse una prueba de detección PCR y el resultado positivo confirmó que había contraído Sars-Cov-2.
De inmediato, dijo, comenzó a notificar su estado virológico a las personas con las que había estado en contacto en las últimas horas. La lista incluía a casi un centenar de legisladores panistas que tomarán posesión como nuevos diputados en menos de un mes, el próximo 1 de septiembre.
La notificación venía con una alerta: Marko Cortés compartió con ellos palabras, abrazos y besos en salones cerrados dentro de la sede de Acción Nacional, sin portar cubrebocas y ya con síntomas, lo que indica que la carga viral está tan desarrollada como para transmitirse.
Y peor aún si se trata de la variante Delta, la más contagiosa, la que presenta mayores complicaciones incluso en personas vacunadas y la que campea en México en este verano.
Entre los asistentes a esa reunión estaban diputados federales electos que, por su edad, tienen mayor riesgo de complicaciones, a pesar de las vacunas; por ejemplo, el exsecretario de Gobernación, Santiago Creel, de 66 años, o el exgobernador de Guanajuato, Juan Carlos Romero Hicks, de 65 años, quienes se situaron muy cerca de Marko Cortés en la foto conmemorativa del evento que en el PAN ya llaman la “coviplenaria”.
FALSOS NEGATIVOS
Muchos de los panistas, aseguran fuentes internas a EMEEQUIS, corrieron a varios laboratorios privados a hacerme pruebas rápidas de COVID y, para su alivio, resultaron negativos. Pero la calma se volvió tensión cuando supieron que la gobernadora electa Maru Campos, quien horas antes había estado con Marko Cortés, tenía coronavirus.
Maru Campos se confió del resultado de una prueba rápida –menos precisa que una PCR, pero más veloz y barata– y creyendo que no había contraído el virus acudió el sábado al baby shower de una compañera de partido y compartió mesa con varios diputados locales electos del PAN. Las fotografías del evento social la muestran despreocupada y sin cubrebocas.
Sin embargo, este lunes 2 de agosto se conoció que la prueba rápida arrojó un falso diagnóstico y el avance del coronavirus en el cuerpo de la panista de 45 años fue tan rápido que este lunes debió ser hospitalizada, aunque su estado de salud se reporta estable.
El acelerado deterioro de la política chihuahuense, más la falibilidad de la prueba rápida, ha puesto en alerta a centenas de panistas que temen un falso negativo y que ahora esperan con nerviosismo los resultados de sus pruebas PCR y las de su familia, quienes podrían haber contraído el virus.
Las alertas, cuentan en los pasillos del blanquiazul, están especialmente prendidas en Ciudad de México, Chihuahua y Durango –el 28 de julio Marko Cortés se fotografió sin cubrebocas con el gobernador duranguense José Rosas Aispuro– aunque, después de la “coviplenaria” nacional del jueves pasado, el virus que se paseaba por Acción Nacional bien podría estar ya repartido por militantes y seguidores blanquiazules por todo el país.
