Sin Embargo
CIUDAD DE MÉXICO (AP).- La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) declaró el jueves a México responsable de la desaparición forzada en 1999 del indígena maya ch’ol Antonio González Méndez que apoyaba al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
La Corte IDH determinó que México es “responsable internacionalmente por la desaparición forzada” de González Méndez, que sucedió en el contexto de violencia que enfrentó el estado sureño de Chiapas. Esta se intensificó a partir del 1994, tras el alzamiento del EZLN, cuando “tuvieron actuación grupos paramilitares surgidos a partir de la política estatal contrainsurgente, el Plan Campaña Chiapas”.
La institución judicial interamericana reconoció que los grupos paramilitares “operaban con apoyo, tolerancia, y aquiescencia del Estado, con el objetivo de neutralizar fuerzas u organizaciones consideradas enemigas, como el EZLN”.
González Méndez, quien era integrante de las bases civiles de apoyo al EZLN y simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática, “fue visto por última vez cerca de una zona donde actuaba el grupo paramilitar ‘Paz y Justicia’”, y hay señalamientos que indican que “la última persona con la que tuvo contacto tenía vínculos con dicha agrupación”, refiere el comunicado de la instancia internacional.
La Corte IDH también cuestionó la actuación del Estado mexicano por la “falta de una investigación adecuada de los hechos”, así como la “afectación a la integridad personal” de los familiares de González Méndez.
La sentencia de la Corte IDH fue considerada como “histórica” por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, que acompañó a la familia de González Méndez en su búsqueda.
La organización humanitaria local dijo en un comunicado que, si bien la sentencia es un “avance significativo”, es “imprescindible” que el Estado mexicano y sus fuerzas armadas cumplan a cabalidad la sentencia de la Corte IDH y esclarezcan el paradero de González Méndez, y que además se inicie una investigación exhaustiva para esclarecer las “violaciones graves a los derechos humanos” ocurridas durante el conflicto armado interno que se presentó desde los años 90 en Chiapas.
El EZLN se alzó en armas el 1 de enero de 1994 y nunca depuso las armas, aunque desde hace décadas optó por el activismo social y la autogestión de sus territorios.
