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LEÓN, GUANAJUATO.– Son las 6:50 de la mañana. Martha se encuentra alistando los últimos detalles para abrir su tienda y atender a los trabajadores de la fábrica que se encuentra en frente de su negocio. En el transcurso del día recibirá a clientes y proveedores, hasta las 7 de la noche, hora en la que cierra debido a que la delincuencia azota la zona.
Según ISCAM, una firma especializada en medición y análisis de mercados, el 56% de los mexicanos consideró a las tienditas de barrio como las más confiables para surtir la despensa desde que inició la pandemia. La Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas (Anam) reportó que estos expendios tuvieron un incremento en ventas de 8.7% en el 2020.
Pero ese no fue el caso de doña Martha: “la pandemia terminó con mis ahorros, como cerró la fábrica y los trabajadores de ahí eran mis principales clientes, ya casi nadie venía. Afortunadamente abrieron otra vez y poco a poco vamos recuperándonos. Mi hija me dice que cierre la tiendita, porque me desgasta mucho, pero es mi vida, necesito hacer algo productivo”, dice la mujer de 60 años.
Hacia la segunda mitad del 2020, Coca Cola y sus embotelladoras iniciaron una campaña para apoyar a las tienditas. En sus camiones se podían leer frases solidarias y anunciaron un programa para ayudar a salir de la crisis a aquellas que se hayan visto afectadas.
La Industria Mexicana de la Coca Cola, por medio de la Fundación Coca Cola, desarrolló un programa para el empoderamiento de mujeres dueñas de tienditas en las que ofrecen capacitaciones para mejorar el éxito y rentabilidad de sus negocios. Y aunque anuncian 5 mil apoyos económicos, son en realidad créditos que se entregan junto con Pro Mujer, una sociedad financiera que otorga microcréditos y que pide como garantía algún vehículo o propiedad inmobiliaria. Esta opción está disponible solamente en los estados de Hidalgo, Estado de México, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Oaxaca, Veracruz y Ciudad de México.
Según la refresquera, se han entregado más de 190 mil créditos a los comerciantes de tiendas de abarrotes, 500 mil equipos de protección sanitaria y se capacitaron a más de 180 mil mujeres tenderas. En el reporte de donatarias 2020, la Fundación Coca Cola tuvo ingresos por 34 millones 426 mil pesos. Mientras que Pro Mujer sólo tiene públicos sus estados financieros de 2016, año en el que tuvieron un ingreso neto de cerca de 31 millones de pesos.
Para Estela, los créditos con Coca Cola no son una opción. “Yo tengo crédito con la Coca Cola, pero si te atrasas un día con el pago lo poquito o mucho que les debas, ya no te surten, así que ese crédito no es de mucha ayuda”.
En diciembre del año pasado, iniciaron una campaña llamada Mi tienda Segura para generar confianza a los tenderos y sus clientes y así evitar los cierres. El proyecto consistió en dotarlos de mamparas y caretas de protección. “Me dieron un plástico para que no me escupieran que dice el nombre de la marca, me sirve más que nos hagan descuento por la compra de cocas” comentó María con una molestia visible.
Comisiones bajas
No es ningún secreto que el producto más vendido es la Coca Cola. Un producto gancho que, si no lo venden, puede significar pérdidas de clientes.
Esteban el tendero, un youtuber, mostró cómo la ganancia por vender Coca Cola es baja: dependiendo del tamaño del refresco, ganan entre 75 centavos y 2.50 pesos por botella.
“La ganancia de los productos de la coca es muy poca y los refrigeradores consumen muchísima luz y eso hace que no le ganes tanto. El otro día le dije al de la coca que el refrigerador estaba consumiendo mucha luz y que no me dejaba casi ganancia la coca y me sacó cálculos y me comentó que con lo que pedía de producto ganaba 1,600 en dos meses, pero eso es muy poco, y el 60% de mis ventas son de productos de la coca”.
Estela, tendera.
“Ya no dan los apoyos si tienes el refrigerador de la coca al entrar a la tiendita, o que te regalan producto en la compra de tantas cocas colas, ya no te dan nada de apoyos. Antes, te regalaban producto con tal de que no vendieras Red Cola, me dijeron que por la pandemia ya no”, menciona Clemente, dueño de una tienda de abarrotes.
Oxxo, el rival
A mí no me afectó en el negocio la pandemia, la gente prefería comprar sus víveres conmigo que ir a un supermercado, lo que sí me pega son los Oxxos que hay cerca”.
Armando, tendero.
Las tiendas de conveniencia creadas por Femsa, la embotelladora más grande de Coca Cola, son cerca de 20 mil, la mayoría en México, pero se han expandido por Centro y Sudamérica. Antes de la pandemia se calculaba que cada día se abrían 3 Oxxos en alguna parte de la república. A pesar de la pandemia, Oxxo cerró con ingresos superiores a los 181 mil millones de pesos en 2020.
“Sí nos afectan, porque a veces hay gente que viene con tarjeta de crédito y yo no tengo terminal. Yo no les puedo competir porque ofrecen promociones que yo no puedo dar” menciona Clemente.
Según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Oxxo es el principal corresponsal bancario del país, al proporcionar el 43% de los puntos para hacer pagos de 10 instituciones. Además ofrecen la posibilidad de hacer cobro y envío de remesas, pago de servicios y de productos de Amazon, venta de comida rápida, celulares, entre otras muchas cosas más. Según estimaciones, por cada Oxxo que abre se cierran entre 5 y 7 tienditas de barrio.
“Las tienditas de abarrotes no me afectan tanto como los Oxxos, no les puedo competir a sus promociones, ellos aceptan pagos con tarjetas de crédito y diversos servicios que yo como tendero no puedo ofrecer” comenta Mario, dueño de una tienda desde hace más de 30 años.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) calculaba en diciembre del 2020 que aproximadamente 300 mil pequeños negocios cerrarían.
Empleados mal pagados
Las tiendas Oxxo generan el 37% de los ingresos de Femsa, sólo en México tienen más de 245 mil empleados con un sueldo de entre 1100 y 1500 pesos a la semana dependiendo de los incentivos por baja merma en los productos o por el cobro de servicios.
Mariela, al igual que muchos mexicanos, fue despedida de su antiguo empleo a consecuencia de la pandemia, por lo que tuvo que buscar rápidamente un empleo. Así fue como llegó en abril del 2020 al Oxxo. “Yo empecé a trabajar aquí porque a mi papá se le bajó la chamba, quedé desempleada y tuve que apoyar con los gastos de la casa y pues por la pandemia nadie estaba contratando más que el Oxxo” comenta Mariela.
“Ya quitaron los apoyos que te daban para pagar el transporte. Eso me afectó mucho porque salía de trabajar en la noche y a esa hora no hay transporte público, ya solo se las dan a los que entran a las 11 de la noche”.
“No considero que el sueldo que recibo es justo, es muchísima responsabilidad para lo que recibo” menciona Ricardo, empleado desde hace 2 años. Estas tiendas suelen estar en las noticias por los robos que padecen tanto al interior como al exterior; incluso hubo una toma de rehenes, balaceras que han afectado a los empleados y han sufrido ataques con bombas molotov.
“El sueldo se podría mejorar, que fuera fijo más cantidad porque fijo gano 1,400 a la semana, pero dependiendo de las ventas aumenta un poco, si me va muy bien llega hasta 2,000, pero eso es muy raro”, añade Mariana.
Según la organización civil Fundar, en el año fiscal 2013 se le condonaron 60 millones 849 mil 597 pesos de impuestos a Oxxo. Recientemente han sido señalados por Andrés Manuel López Obrador como beneficiarios de la reforma energética de su antecesor, Enrique Peña Nieto, ya que de acuerdo con el actual mandatario, pagan menos por la energía eléctrica que consumen. Según el presidente, un hogar mexicano paga 5.2 pesos por Kilowatt, mientras que Oxxo 1.8 pesos, lo que hace aún menos competitivos a los tenderos frente a las tiendas de Femsa. Aunque el precio menor se debe a que obtienen parte de su electricidad con tecnología limpia, con el esquema de autoabasto.
Más tienditas, más bebidas azucaradas
México es el cuarto país mundial en consumir alimentos ultraprocesados. La doctorante del Instituto Nacional de Salud Pública Ana Isabel Rodríguez, estudió la asociación de las cadenas de tiendas de conveniencia y de barrio y la mala alimentación.
Lo que encontró es que “a mayor densidad de estas tiendas de abarrotes había una disminución en el consumo de frutas, de leguminosas y había una predisposición sobre todo por el consumo de bebidas azucaradas”.
También encontró que las tiendas ofertan menos frutas y verduras y más enlatados, “esto puede deberse a que muchas veces estas tiendas no tienen las condiciones adecuadas para tener este tipo de alimentos o también se les hace mucho más costoso comprarlos. Y son mucho más baratos estos alimentos procesados y la gente está tendiendo a consumirlos”.
El estudio se hizo en la Ciudad de México; se dividieron cuadrantes de 500 metros alrededor de las viviendas de los participantes y contaron el número de tiendas que tenían disponibles las personas en esa área. Hicieron además una encuesta a todos los participantes de cada hogar para conocer su alimentación y se asociaron con el número de tiendas en la zona.
“Entonces vimos que a mayor cantidad de tiendas de abarrotes dentro de esa área de 500 metros de la casa, había una menor calidad de la dieta”, dice Rodríguez. Este trabajo muestra el peso de los ambientes obesogénicos en la alimentación. “El problema no se resuelve con pedir un cambio en el plan de alimentación, porque si le dices a la población que tiene que empezar a comer frutas y verduras y si no las tiene disponibles en su entorno, o no son asequibles, pues las personas no lo van a comprar”.
Para la investigadora, medidas como el etiquetado frontal en los alimentos y la prohibición de venta de productos chatarra a menores de edad en Oaxaca son buenas medidas, “pero también hay que voltear a los sistemas de producción y distribución de alimentos. Tal vez podría ser una opción subsidiar estos alimentos locales, para que sean mucho más accesibles a la población. También apoyar sobre todo las tiendas de abarrotes para que puedan ofertar mayormente estos productos locales”.