La Jornada
Santiago. Findley es un perro afortunado. El pequeño terrier chileno de color blanco y marrón es uno de los primeros perros del mundo en ser castrado sin someterse a una cirugía.
El procedimiento ocurrió en su casa de Santiago mientras era sostenido por su dueña y recibía golosinas. Después que todo terminó, salió corriendo como si nada hubiera pasado.
No hubo sedación ni intervención quirúrgica, sólo una simple inyección. Leonardo Sáenz, veterinario y profesor de la Universidad de Chile que desarrolló la vacuna llamada Egalitte, dice que funciona bloqueando la hormona encargada de la reproducción y es reversible.
«Como es una hormona que libera la gonadotropina, si nosotros la tenemos bloqueada, no liberamos gonadotropina y por lo tanto no liberamos hormonas sexuales y el animal está en un estado de castración», dijo Sáenz.
La vacuna se puede utilizar tanto en machos como en hembras y tiene un costo aproximado de 50 mil pesos chilenos (alrededor de 50 dólares) y requiere prescripción y evaluación de un veterinario para ver si el perro es un candidato adecuado.
Sáenz dijo que el producto también podría ayudar a castrar animales a mayor escala, ya que es menos invasivo y complicado que la castración quirúrgica.
«En una inyección es mucho más fácil que puedas vacunar un número más amplio de animales por ejemplo, si es que necesitas hacer un control reproductivo», apuntó Sáenz.
La simplicidad y la posibilidad de revertir la castración es lo que hizo que la dueña de Findley, Tamara Zamorano, eligiera el procedimiento.
«El otro tratamiento, la castración, nos daba como un poquito de miedo», dijo Zamorano. «Aparte que esto es mucho más simple y es reversible, así que si después lo queremos cruzar, esperando el tiempo adecuado, lo vamos a poder hacer», apuntó.
Findley no hizo comentarios sobre el procedimiento, pero se retorció un poco durante la inyección. Más tarde, lamió felizmente la mano del veterinario y siguió con su día.