MANUEL MONROY
«Pese a que Chiapas es uno de los principales productores de café del país, el porcentaje de consumo local es muy bajo», lamentó la legisladora Maritza Molina, quien se dijo sorprendida de que sus habitantes no tengan como prioridad consumir lo que producen.
El café de Chiapas es de calidad gracias a la altitud en que se siembra, así como la diversidad de climas que permiten cultivar variedades de sabor. «Estas características colocan al aromático chiapaneco de los mejores no sólo de México, sino del mundo», subrayó
Aseguró que hablar de este grano es profundizarse en las raíces del estado, de un legado tejido con esfuerzo que lo conecta con el mundo. «Desde la altura de Soconusco hasta los sitios más apartados de la geografía, cada planta de café lleva consigo una historia de trabajo, tradición y amor por nuestra tierra».
Sin embargo, la legisladora aseveró que el café es mucho más que un producto, pues detrás de cada grano hay una historia de vida, esperanza y arraigo y lo comparó con la campaña de chiapanequidad, la cual invita a reconocer la identidad desde un sentimiento de pertenencia que articula la verdad cultural de Chiapas.
«Es además un llamado para actuar con congruencia para transformar nuestro presente y construir un futuro digno para los chiapanecos», anotó e insistió, en su calidad de presidenta de la Comisión de Café del Congreso estatal, que dicha soberanía promueva el consumo local.
Exhortó a tomar medidas concretas para garantizar que el café sea 100% chiapaneco, cosechado y comercializado por los productores y productoras locales y extendió el llamado a los titulares de las diferentes dependencias del gobierno estatal para difundir el consumo de este producto.
