El Economista
Entre las 32 entidades federativas, 23 presentaron una caída anual de entre 0.2 y 3 puntos porcentuales en el indicador.
Campeche y Chiapas son los estados con mayor descenso anual en la tasa de informalidad laboral, pues ambos presentaron una caída de 3 puntos porcentuales en el primer trimestre del 2024, reporta la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Durante el primer cuarto del año, Campeche registró una tasa de informalidad laboral de 58.6% de la población ocupada, 3 puntos inferiores a la tasa de 61.6% que antecedió en el primer trimestre del 2023.
En Chiapas la tasa de informalidad laboral fue de 70.9% durante enero-marzo del año en curso, también estuvo 3 puntos por debajo de la tasa de 73.9% que registró en el mismo lapso del año anterior.
Entre las 32 entidades federativas, 23 presentaron una caída anual de entre 0.2 y 3 puntos porcentuales en el indicador de informalidad.
Enseguida de Campeche y Chiapas se colocaron Guanajuato (-2.1 puntos porcentuales), Tamaulipas (-2.1 puntos), Aguascalientes (-2 puntos), Estado de México (-2 puntos), Veracruz (-1.9 puntos), Yucatán (-1.7 puntos), Michoacán (-1.7 puntos), San Luis Potosí (-1.4 puntos), Sonora (-1.3 puntos) y Colima (-0.9 puntos).
En el resto la tasa de informalidad se redujo en un nivel semejante e inferior al promedio nacional (que fue de -0.8 puntos porcentuales); en ese contexto están Coahuila (-0.8 puntos), Quintana Roo (-0.8 puntos), Guerrero (-0.7 puntos), Nuevo León (-0.7 puntos), Tlaxcala (-0.7 puntos), Durango (-0.6 puntos), Nayarit (-0.5 puntos), Baja California (-0.4 puntos), Zacatecas (-0.4 puntos), Baja California Sur (-0.2 puntos) e Hidalgo (-0.2 puntos).
En ocho estados aumentó la tasa de informalidad laboral durante el primer trimestre del año en curso: Sinaloa, Oaxaca, Jalisco, Morelos, Chihuahua, Querétaro, Ciudad de México y Puebla registraron aumentos que oscilaron entre 0.3 y 2.6 puntos porcentuales.
Sinaloa tuvo el aumento más significativo, de 2.6 puntos porcentuales, debido a que la tasa de informalidad laboral aumentó de 46.8% de la población ocupada, en el primer cuarto del 2023, a 49.4% en enero-marzo del 2024.
Después se ubicó Oaxaca, cuya tasa de informalidad ganó 1.1 puntos, tras repuntar de 80 a 81.1% de la población ocupada; en Jalisco el aumento fue de un punto porcentual, escalando de 46.9 a 47.9%, en Morelos al alza también fue de un punto porcentual, de 64.7 a 65.7% de la población ocupada.
También con aumentos, pero por debajo de 1 punto porcentual, se ubicó Chihuahua donde la tasa de informalidad aumentó 0.4 puntos porcentuales, escalando de 34.1 a 34.5%; en Querétaro la diferencia también rondó en 0.4 puntos, al pasar de 43.1 a 43.5%; en Ciudad de México el cambio fue de 0.3 puntos, aumentando de 46.2 a 46.5%; al igual que en Puebla, donde la tasa de informalidad creció de 69.8 a 70.1% de la población ocupada.
Tabasco se mantuvo sin cambios significativos al repetir una tasa de informalidad laboral de 62.1% tanto en el primer trimestre del 2023 como en igual lapso del 2024.
Al alza
No obstante, Oaxaca, Guerrero y Chiapas, entidades de la región sur, encabezan los niveles más elevados de informalidad laboral en el país, con tasas de 81.1, 78.6 y 70.9%, respectivamente; las tres mantienen la posición de hace un año, comparando los primeros trimestres del 2023 y del 2024. Mientras en Oaxaca aumentó la informalidad, en Guerrero y Chiapas descendió.
Enseguida, se encuentran tres estados de la región centro: Hidalgo (70.9%), Puebla (70.1%) y Tlaxcala (69.5%), que se sitúan como la cuarta, quinta y sexta entidad con mayor informalidad.
En total, 14 entidades presentaron una tasa de informalidad nacional de 54.3 por ciento.
Cinco entidades de la región norte tienen los niveles más bajos de informalidad laboral: Coahuila (33.8%), Chihuahua (34.5%), Nuevo León (36%), Baja California (37.4%) y Baja California Sur (37.6 por ciento).
La tasa de informalidad hace referencia a los ocupados con vulnerabilidad laboral, a causa de la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, también incluye a quienes su vínculo o dependencia laboral no se reconoce por su fuente de trabajo.