Gaceta UNAM
El cáncer es una enfermedad muy compleja y para estudiarla se requieren de muchas aproximaciones, por lo que con el objetivo de intercambiar información y compartir ideas de los avances científicos en química, bioquímica y genómica desarrollados en México se realizará el Tercer Congreso Internacional de Terapia contra el Cáncer: Avances Químicos y Biológicos.
Mariano Martínez Vázquez, investigador del Instituto de Química (IQ) y principal organizador del encuentro, dijo: “México tiene muy buenos grupos de investigación y para tener mayor incidencia en la ciencia se necesita mayor colaboración y se puede hacer más. El punto del Congreso es tratar de buscar puentes y que toda la información que se ha generado en los laboratorios en México llegue realmente al paciente, eso es lo que nos interesa.
El investigador recordó que hace más de 15 años, Lena Ruiz Azuara, profesora e investigadora de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, organizó el primero y segundo congreso por lo que ahora el objetivo es reunir en un espacio las investigaciones realizadas en nuestro país, que han hecho importantes avances no sólo en la obtención de compuestos farmacológicos, sino también en el estudio de los diferentes tipos de tumores que afectan al mexicano.
Ruiz Azuara consideró fundamental el trabajo conjunto de investigadores para el desarrollo de fármacos, y su vinculación con los laboratorios mexicanos que lleve al desarrollo de las fases preclínicas de la prueba de medicamentos.
Sin embargo, mencionó, hoy en día hay una enorme reticencia de los médicos a probar productos desarrollados en universidades y dependencias de investigación que no vengan directamente de la industria.
Recordó que a lo largo de su historia, México ha generado productos naturales, sintéticos e inorgánicos que benefician a la salud de la población. El reto está en romper esa primera barrera que representa la realización de las pruebas clínicas de estos compuestos.
Marcela Lizano Soberón, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO), añadió que parte del trabajo que se ha hecho en la nación es referente al reposicionamiento farmacológico, es decir, el probar medicamentos oncológicos que se han usado en enfermedades no oncológicas y viceversa.
Desde su grupo de trabajo, explicó, se estudian tumores asociados en particular al Virus del Papiloma Humano (cáncer cervicouterino, orofaríngeo, entre otros), del que si bien ya hay vacunas bastante eficientes, la incidencia y muerte en México continúa aumentando, por lo que sigue siendo un nicho importante de estudio para tratar de encontrar características que permitan ayudar al paciente, así como desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.
Por su parte, Alejandro Zentella Dehesa, investigador del IIBO, destacó que es una responsabilidad social el reencontrarse con la iniciativa privada, pues sin ella no se logrará avanzar, como lo han demostrado naciones como India, que se ha convertido en una potencia económica y es farmacológicamente independiente gracias al capital privado.
Sin embargo, México tiene una tradición herbolaria espectacular y por su posición geográfica tiene una gran diversidad, tanto animal como vegetal, por lo que se obtienen productos químicos con gran potencial para la medicina. “Tenemos un enorme catálogo de compuestos, el problema es trasladarlos al ámbito de la atención médica en el sistema de salud y ese es todavía un gran problema”.
Cada vez más importante
A su vez, Jorge Meléndez Zajgla, director general del Instituto Nacional de Medicina Genómica, comentó que el cáncer se ha convertido en una enfermedad cada vez más importante por dos razones: el cambio de perfil epidemiológico del país (cada vez tenemos un mayor porcentaje de casos en pacientes jóvenes) y la evolución de diagnóstico (que se ha acelerado en los últimos 10 o 15 años con el uso de herramientas moleculares, lo que lleva a diagnósticos también de mayor precisión).
Los investigadores coincidieron que ante este panorama, México necesita mejores estrategias para tratar y diagnosticar a los pacientes, además del desarrollo de nuevas terapias, para lo cual es necesario fortalecer la colaboración entre las diversas instituciones y crear novedosos métodos de tratamiento con talento local.
