DW
En Bruselas, poco más de un mes después de la agitada toma de posesión de Bernardo Arévalo, Guatemala y la Unión Europea firman un «acuerdo de entendimiento», para un diálogo regular sobre temas que van desde el comercio hasta la cooperación, pasando por el uso sustentable del bosque, hasta el turismo y el crimen transnacional. ¿Qué significa esto para un país con inmensos recursos naturales pero que, en los índices de desarrollo, se coloca a la cabeza de los índices de pobreza junto con Haití?
Muchas tareas, en solo cuatro años
«Somos muy conscientes de que los déficits en desarrollo que tiene Guatemala son enormes. Son 500 años de marginación y exclusión; también son prácticamente 30 años de asalto corrupto al poder. El voto a nuestro favor es un voto de esperanza, que tiene que ser traducido en beneficios tangibles para la gente: en salud, en educación, en infraestructura, en todo lo que durante tantos años se le ha negado a la población», responde a DW Bernardo Arévalo, a punto de acabar su intensa segunda jornada en la capital de la UE.
Después de la poco usual toma de posesión, para la que la UE puso el hombro, en reconocimiento a la voluntad electoral de los guatemaltecos, «hemos venido a Europa a agradecer el apoyo que nos han venido dando en este proceso de lucha por la democracia. Y, al mismo tiempo, a presentar nuestra visión, nuestros planes y a invitarlos a acompañarnos en esta ruta doble para el fortalecimiento de la democracia, por un lado, y, por otro, para el desarrollo equitativo. Tenemos solo cuatro años. No vamos solucionar el conjunto de problemas del país, pero podemos sentar precedente», afirma Arévalo.
Inversiones, pero con derechos humanos
Cabe recordar que Guatemala está asociada a la UE -junto con Honduras, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica y Panamá- desde el 2012. Aunque, en general, el volumen del comercio entre las dos regiones ha aumentado, Honduras, Nicaragua y Guatemala no mejoran sus índices de pobreza. ¿Por qué?
El presidente Arévalo responde por Guatemala: «Se debe a que no se ha invertido en desarrollo en enormes zonas del país, donde hoy se acumula la pobreza extrema, la desnutrición, de donde huye la gente joven a buscar a otros países el futuro que su propio país le está negando. Nuestra estrategia será concentrar la inversión pública para el desarrollo -en salud, educación, capacitación agrícola, microcréditos- en las regiones más pobres: en el Altiplano occidental, en Las Verapaces y en el corredor seco. Nuestro objetivo es lograr que los pequeños agricultores se enganchen a mercados y a cadenas de valor».
Las necesidades de Guatemala coinciden con el plan europeo de invertir en la transición verde y digital de la región, en el marco de su «Global Gateway». No obstante, echando la vista atrás, no es que hayan faltado inversiones en América Central; es que no faltan ejemplos de desplazamientos, desalojos, violaciones a derechos fundamentales de las poblaciones.
Mientras, la esperanzadora legislación europea para asegurar que sus empresas respeten derechos ambientales y laborales y que da a las víctimas acceso a la justicia está amenazada de muerte en la UE. ¿Con qué mecanismos se puede evitar que persista el desequilibrio entre los intereses empresariales y los de las poblaciones?
«El departamento de Alta Verapaz, por razones de la estructura en que se desarrolló el mercado eléctrico en Guatemala, es donde hay mayor producción de energía eléctrica. Pero es donde se registra el menor número de hogares conectados a las redes eléctricas. Vamos a ser muy claros: los capitales que vengan, tienen que operar en el marco del beneficio del conjunto de la población.Inversiones que provoquen desplazamientos o desalojos no nos interesan. No creemos que haya contradicción entre la protección de los derechos humanos y la inversión», responde Arévalo.
Corrupción, narcotráfico y sanciones
La visita del presidente Arévalo cae en terreno abonado: han sido varias las audiencias y reuniones en Bruselas donde se ha tratado la situación del Estado de derecho en ese país: medio centenar de operadores de justicia y varias decenas de periodistas en el exilio, algunos en prisión. Se sabe que el sistema de justicia guatemalteco está cooptado.
Después de los grandes impactos que tuvo la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) -con mucho respaldo de la UE-, su expulsión se tradujo en una profundización del acoso a la justicia. ¿Se espera apoyo de Europa para un nuevo capítulo de la CICIG?
«Estamos estableciendo una Comisión Nacional Anticorrupción, que entiende que la corrupción es un problema sistémico, que tiene que ser resuelto de manera integral y no exclusivamente con procesos de judicialización. Vamos a invertir en reformas institucionales y legales para cerrarle espacios, para transformar la cultura política que la ha permitido. Quienes quieran apoyarnos internacionalmente pueden hacerlo. Pero es una tarea fundamental y primordialmente de los guatemaltecos», responde Bernardo Arévalo.
Por otro lado, se sabe que la corrupción ha ido de la mano del crimen organizado transnacional y del narcotráfico en toda América Latina. Guatemala integra proyectos europeos sobre políticas de drogas -como COPOLAD y su reciente reunión en Bolivia; también el CLASI (Consejo Latinoamericano de Seguridad Interior).
¿Es suficiente? ¿Cómo ve la propuesta, liderada por Colombia, de avanzar en una nueva política internacional sobre las drogas? Bernardo Arévalo responde: «La corrupción y el narcotráfico son problemas políticos de viabilidad para los Estados. No se limitan ni nacen en el espacio nacional; son fenómenos transnacionales y hay que buscarles respuestas colaborativas. La lucha contra las drogas tiene que ocurrir a todos los niveles, incluyendo el internacional».
En el contexto bélico internacional y en el de creciente autoritarismo en la región centroamericana, ¿cómo ve el presidente de Guatemala las sanciones europeas que penden sobre la región y también sobre otros actores internacionales?
«En el caso de mi país, hay países que han optado por negar la entrada a determinados guatemaltecos involucrados en corrupción. Son decisiones soberanas, que parten de la decisión del tipo de personas con las se quiere tener contacto y del mundo en que se quiere vivir», concluye.