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Bernardo Arévalo asume la presidencia de Guatemala tras una complicada jornada legislativa

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Milenio

El socialdemócrata Bernardo Arévalo finalmente asumió la presidencia de Guatemala, tras una tensa jornada en el Congreso y meses de una arremetida judicial atribuida a su promesa de combatir a los corruptos de la élite político-económica del país.

Arévalo, junto a Karin Herrera juramentaron frente al Legislativo y meses después de una arremetida judicial que terminó con ambos firmando en el libro de oro del Congreso de la Respública.

«Sí, juro», dijo con la mano izquierda en la Constitución y la derecha alzada, al ser investido por el jefe del nuevo Congreso, Samuel Pérez, miembro de su partido, constataron periodistas de AFP.

En una inédita sesión parlamentaria, que retrazó la investidura por más de ocho horas, los diputados de la anterior y nueva legislatura se enfrascaron en discusiones y votaciones a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.

El sociólogo de 65 años juró en el Teatro Nacional, en el centro de la capital, como presidente por los próximos cuatro años en una ceremonia a la que asisten representantes de Estados Unidos, América Latina, la OEA y la Unión Europea.

La incertidumbre de la jornada provocó que la comunidad internacional urgiera al Congreso a cumplir con la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.

Con música y bailes, miles de seguidores de Arévalo lo esperaron desde hace horas para una fiesta popular en la Plaza de la Constitución, frente al Palacio Nacional, desde cuyo balcón los saludará el nuevo presidente.

¿Cómo fue la victoria de Bernardo Arévalo?
El también ex diplomático y filósofo pasó inesperadamente en junio a la segunda ronda presidencial con una candidata conservadora aliada del oficialismo, a quien venció cómodamente con un 60% de los votos por su mensaje anticorrupción.

Desde entonces, Arévalo y su partido, el Movimiento Semilla, enfrentaron una ofensiva judicial que él denunció como un «golpe de Estado», detrás del que estaría la élite política y económica que por décadas ha regido los destinos del país.

La Fiscalía intentó retirarle la inmunidad de presidente electo, desarticular su partido progresista y anular los comicios, argumentando que hubo anomalías electorales.

La embestida, basada en casos «espurios» según Arévalo, fue condenada por la ONU, la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos, que sancionó a cientos de fiscales, jueces y diputados por «corrupción» y «socavar la democracia».

Eliminan y reinstalan partido de Bernardo Arévalo 
El camino de Arévalo a la presidencia fue tortuoso hasta el final. Tras horas de debates, el Congreso saliente declaró independientes a los 23 diputados de Semilla, argumentando que obedecía la orden judicial que suspendió temporalmente al partido por supuestas irregularidad en su creación en 2017.

Pero en un giro inesperado, luego de instalado el nuevo parlamento, Semilla logró mediante con otros partidos políticos que se revirtiera esa decisión. Recuperaron su bancada y, aún más, la presidencia del Congreso.

«Felicidades presidente», escribió Arévalo en la red social X (antes Twitter), al celebrar la elección de Samuel Pérez, de 31 años, como jefe parlamentario.

«¡Sí se pudo!», coreaban otros cientos de simpatizantes en las afueras de la sede del Congreso.

Con el camino allanado, Arévalo jurará en breve para sustituir al derechista Alejandro Giammattei, quien ha sido vinculado con la «élite corrupta» y durante cuyo gobierno se exiliaron decenas de fiscales, jueces y periodistas que denunciaron actos de corrupción.

«Hay hartazgo del pueblo de tanto abuso, robo, corrupción y de tanta humillación al pueblo de Guatemala», dijo a la AFP la lideresa indígena Alida Vicente, de 43 años.

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