Inicio Destacadas Bebés obesos por consumo de edulcorantes durante el embarazo

Bebés obesos por consumo de edulcorantes durante el embarazo

51

Gaceta UNAM

Nacen también con niveles elevados de insulina y con una tendencia inflamatoria sistémica.

El consumo de edulcorates durante el embarazo aumenta el peso del bebé al nacer y es un factor de riesgo para el desarrollo de obesidad en la vida adulta, según resultados preliminares de un estudio en pacientes del Servicio de Ginecología del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”.

El estudio, realizado por el doctor Galileo Escobedo con apoyo del FOSSES (Fondo Sectorial de Salud y Seguridad Social) del CONACYT, se realizó en mujeres sanas, de entre 20 y 35 años, a partir del segundo trimestre de embarazo.

No padecían presión alta ni riesgo de embarazo ni diabetes gestacional ni preeclampsia, dice Escobedo, tutor del Posgrado de Ciencias Biomédicas de la UNAM.

De acuerdo a la cantidad y frecuencia de la ingesta de edulcorantes (se administró sucralosa y stevia, los más consumidos por mujeres mexicanas), la embarazadas se dividieron en tres grupos: 1. las que no consumen edulcorantes, 2. las de consumo medio (48 ml) y 3. las de consumo alto (más de 96 ml)

Se realizó un seguimiento semanal vía telefónica y se tomaron muestras de sangre en el segundo y tercer semestre de embarazo, así como durante el parto. A los recién nacidos se les registró peso, talla, Apgar y edad gestacional.

Fue un estudio pionero, apunta Escobedo. Como a los recién nacidos no se les puede extraer sangre, por ser una población altamente vulnerable, las muestras sanguíneas se obtuvieron del cordón umbilical.

Resultados preliminares de este estudio, que involucra un seguimiento de los niños hasta los cuatro años para observar si no desarrollan obesidad, son:

Las madres que consumieron mayores cantidades de edulcorantes durante el embarazo tenían bebés más pesados, que las mamás de consumo medio y las que no consumieron nada de edulcorantes.

Los bebés, además de más pesados, del 25 al 30 por ciento nacieron con obesidad para la edad gestacional, en comparación con los bebés de madres que no consumieron edulcorantes (presentaron obesidad de entre 3 y 4%).

Tenían también niveles elevados de insulina, así como una tendencia hacia la inflamación sistémica (en sangre del cordón umbilical presentaron mayor nivel de monocitos “no clásicos” o de células inmunitarias innatas que son característicamente inflamatorias).

Diabetes a los 30 años
Sobre peso, hiperinsulinemia e inflamación sistémica, son tres características de la obesidad, apunta el doctor Escobedo. Por eso, una siguiente fase del estudio (en proceso ya) es el seguimiento de estos recién nacidos para ver si mantienen estas características y si a la edad de cuatro años han desarrollado obesidad.

Si mantienen esa tendencia durante ese lapso aumentaría el riesgo de obesidad en la adultez. “Ocho de cada 10 niños con obesidad van a serlo de adultos”. Ademas, por haber tenido obesidad desde las etapas prenatal e infantil, “su esperanza de vida se va a reducir más o menos 15 años”.

Subraya Escobedo: “Van a debutar con diabetes tipo 2 a los 30 años”.

Antes se presentaba a los 60 años; ahora a los 30 ya tienen diabetes, como se está registrando en el Hospital General de México. Aunque se les aplican terapias con insulina, su expectativa de vida será reducida.

A dos años de seguimiento a 630 niños, hijos de embarazadas que consumieron edulcorantes, la mayoría —asegura Escobedo— tiene en el Índice de Masa Corporal (IMC) un percentil arriba de 95, que ya se considera obesidad.

El IMC en niños se mide en percentiles. Niños entre los percentiles de entre 10 y 90, tienen peso normal; del 90 al 95, tendencia al sobre peso; y del 95 a 100, la mayoría padecerá obesidad.

Lo dulce, como una droga
-¿Que recomienda a las mujeres embarazadas para que sus bebés no nazcan con sobrepeso?
“Evitar ser una mamá gordita”. No ganar tanto peso durante el embarazo y recuperar su peso después del parto.

Aunque trillado, lo más sano es volver a lo natural. Tomar agua. Y empezar a dejar, de manera gradual, “el sabor dulce”. En la población pediátrica, al menos en el primer año, evitar el consumo de azúcar procesada o edulcorantes.

“El gusto por lo dulce se adquiere en los primeros cuatro años de vida”. Es un hábito que nosotros generamos en los niños. Si en casa hay leche achocolatada o Coca cola, eso van a tomar. Luego se vuelve un hábito muy complicado de quitar en la edad adulta. No queremos sacrificar el sabor dulce, porque —puntualiza el doctor Galileo Escobedo— es como una droga que produce placer a nivel del sistema nervioso central.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí