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Bandas, corrupción y carteles internacionales: ¿quién es quién en la ola de violencia en Ecuador?

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France 24

La violencia en Ecuador ha llegado a topes históricos desde finales de 2023, uno de los años más sangrientos de la historia reciente en el país con 8.008 muertes registradas por el Gobierno, el doble que en 2022 y cuatro veces la cifra publicada en 2021. Para los expertos, el origen de la extrema escalada violenta está en el seno de los grupos criminales.

Después de que el recién llegado presidente, Daniel Noboa, decretara un «conflicto interno» en territorio ecuatoriano, las distintas estructuras criminales del país han quedado expuestas como las responsables de la crisis de seguridad que atraviesa el país sudamericano, envuelto en un vacío de poder dentro del sistema carcelario que ha sido llenado por los cabecillas de distintas pandillas, cuyas fricciones han traspasado las paredes de las cárceles.

Ya calificados como «terroristas» por el Gobierno ecuatoriano, la existencia de los principales grupos delictivos en el país ha sido esquematizada por la Administración de Noboa, exponiendo a 22 organizaciones criminales como las más influyentes de Ecuador, así como los blancos a «neutralizar» en el estado de excepción declarado el pasado 9 de enero por el mandatario.

Nacidos en regiones marginadas y con supuestos vínculos con los carteles mexicanos más poderosos, las organizaciones señaladas por el Estado ecuatoriano como terroristas son: ‘Águilas’, ‘ÁguilarKiller’, ‘AK47’, ‘Los Choneros’, ‘Corvichero’, ‘Caballeros Oscuros’, ‘ChoneKiller’, ‘Cubanos Fatales’, ‘Cuartel de las Feas’, ‘Gánster Kater’, ‘Piler Lagartos’, ‘Los Lobos’, ‘Latin Kings’, ‘Los Tiburones’, ‘Los p.27’, ‘Mafia Trébol’, ‘Mafia 18’, ‘Patrones’, ‘R7’, ‘Tiguerones’.

Aunque la lista de las ahora declaradas «organizaciones terroristas» ecuatorianas es larga, existen tres grupos considerados los pilares del narcotráfico y el crimen organizado en Ecuador.

‘Los Choneros’, la cabeza del crimen ecuatoriano
Surgida en los 90’s dentro de Chone, ciudad en la provincia costeña de Manabí, ‘Los Choneros’ son la banda más numerosa de Ecuador, con más de 12.000 integrantes según investigaciones del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado (OECO), y tienen presencia en alrededor de 12 de las 24 provincias ecuatorianas, según la misma OECO.

La organización es liderada por Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, que logró afianzar su control sobre la pandilla entre 2021 y 2023, tras la muerte de otros dos cabecillas, alias ‘Rasquiña’ y alias ‘JR’, que dividían el liderato del grupo por regiones, concentrándose en las provincias de Guayas, Esmeralda, Santa Elena, El Oro y Los Ríos.

El reinado de alias ‘Fito’ dentro de ‘Los Choneros’ se vio desafiado por su encarcelamiento en 2011, tras ser encontrado culpable «por actividades ilícitas como robo, narcotráfico, delincuencia organizada, tenencia de armas y asesinato», según apuntó Guillaume Long, investigador del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), para el medio alemán DW.

Sin embargo, la cárcel no fue más que un nuevo centro de poder para alias ‘Fito’. Recluido en la Penitenciaría del Litoral, el líder de ‘Los Choneros’ logro posicionar a la organización como la más poderosa dentro de la cárcel, señalada por sobrepoblación, se hizo con el control de la economía ilícita dentro del centro y originó hórridas masacres carcelarias que pusieron al sistema penitenciario ecuatoriano bajo la lupa internacional.

«Es uno de los ideólogos de planificar y ordenar las mayores masacres en las prisiones del Ecuador, para establecer su posicionamiento en los centros penales», señaló Ricardo Sosa, experto en crimen organizado latinoamericano, para la DW.

El escape de alias ‘Fito’ antes de su traslado a La Roca, otro centro penitenciario de máxima seguridad en Ecuador, detonó la intensificación en la postura agresiva del Estado contra el crimen organizado, lo que a su vez provocó una intensa respuesta violenta de las pandillas ecuatorianas, que han amenazado con tomar retaliaciones con los militares, los policías y hasta la población civil.

Vinculados con el Cartel de Sinaloa, ‘Los Choneros’ controlan las principales rutas de narcotráfico dentro del país, especialmente para el tránsito de cocaína hacia Estados Unidos y distintos países de Europa, especialmente en la región de los Balcanes.

‘Los Lobos’, líderes de ‘La Nueva Generación’ del narcotráfico
Señalados por haber sido los responsables de la incursión violenta en la sede del canal TC Televisión el 9 de enero, la pandilla ‘Los Lobos’ nació en 2019 dentro de la provincia de Azuay, a raíz de una ruptura dentro de ‘Los Choneros’ con su fundador Wilmer Chavarría, alias ‘Pipo’, teniendo un historial criminal dentro de la banda actualmente encabezada por alias ‘Fito’.

Rivalizando con ‘Los Choneros’ por el control del tráfico de cocaína hacia el norte, ‘Los Lobos’ han sido vinculados al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), rival regional del Cartel de Sinaloa, aConcentrados en Azuay, la pandilla se ha esparcido por todo el este del territorio ecuatoriano, con mayor presencia en las regiones del Chimborazo, Napo, Imbabura, Pichincha, Pastaza y Sucumbíos.

Con alrededor de 8.000 miembros, según investigaciones de Insight Crime, ‘Los Lobos’ también encabezan un conglomerado de pandillas denominado ‘Nueva Generación’, que incluía una alianza con los ‘Chone Killers’ y ‘Los Tiguerones’, aunque reportes de medios locales señalan que esta alianza pasa por uno de sus momentos más bajos.

‘Los Lagartos’, terceros en la riña
Superados en poco tiempo por ‘Los Lobos’, ‘Los Lagartos’ tienen su origen en las cárceles de Guayaquil hace más de diez años, según reportes de Insight Crime, operando principalmente como un grupo de sicariato que presta sus servicios a organizaciones delincuenciales más grandes. Se les atribuye el asesinato del presentador de televisión Efraín Ruales, en 2021.

Con presencia en Guayas y Santa Elena, según el mapeo del OECO, ‘Los Lagartos’ también serían una pieza central en los numerosos motines dentro de las cárceles ecuatorianas de los últimos años, teniendo un gran peso en los 35 centros penitenciarios del país y siendo considerados como el músculo más duro de las pandillas en los reclusorios.

Parte esencial del autogobierno de los reos dentro de las cárceles, ‘Los Lagartos’ son uno de los ejemplos más expuestos de la corrupción e impunidad existente dentro de las penitenciarías ecuatorianas.

«Corrupción sin precedentes dentro de las prisiones, y que responde al abandono del sistema penitenciario por parte del Estado desde hace años atrás, así como a la ausencia de una política criminal integral», advirtió un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en 2021, en un documento dirigido al Gobierno de Guillermo Lasso.

Las micro organizaciones configuran alianzas criminales
Un documento publicado a finales del 2023 por el OECO resalta la participación de los grupos criminales más pequeños en la gran telaraña delictiva dentro de Ecuador, así como la importancia que tienen sus alianzas con las organizaciones más grandes y como estas permiten el control regional de los grandes capos del narcotráfico.

‘Águilas’, ‘Fatales’ y ‘Gángster’, todos miembros de la lista de 22 «organizaciones terroristas» publicada por el gobierno de Noboa, han sido expuestos como aliados cercanos de ‘Los Choneros’, que gracias a sus vínculos con Sinaloa y la mediática personalidad de alias ‘Fito’, han creado una imagen atractiva para pandillas juveniles en los centros urbanos ecuatorianos.

Del otro lado están ‘Los Tiburones’, ‘R7’ y ‘Mafia 18’, enfilados junto a ‘Los Lobos’ y denunciados por la Policía nacional por haber participado en los motines carcelarios y diversos atentados en ciudades ecuatorianas, entre los que se incluye la detonación de patrullas policiales y extorsiones a los civiles.

Infiltrados en las estructuras gubernamentales del sistema carcelario, arquitectos de estructuras organizativas criminales avanzadas y exportadores de riñas delincuenciales entre el norte y el bajío mexicano, las pandillas ecuatorianas han absorbido gran poder económico, bélico e incluso político en los últimos años.

Amenazados por el recientemente propuesto ‘Plan Fénix’ de la Administración Noboa, que plantea la extradición y la construcción de nuevos centros penitenciarios en la lejanía selvática o en buques, los grupos criminales han limado sus asperezas temporalmente para declararle la guerra a un enemigo en común: el Estado ecuatoriano.demás de tener supuestos vínculos con el Frente 48, una disidencia de las extintas FARC colombianas, según el medio ecuatoriano ‘Primicias’. Los negocios de ‘Los Lobos’ se han extendido al tráfico de personas, la extorsión y la minería ilegal.

El grupo también compite con los de alias ‘Fito’ por el control dentro de las cárceles. Teniendo su centro de operaciones en el Centro de Privación de Libertad de Azuay, conocido como la cárcel de Turi, ‘Los Lobos’ también tienen presencia en 12 pabellones de la Penitenciaría del Litoral, donde riñas con otros grupos delictivos menores provocaron la decapitación de 79 reos en febrero de 2021.

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