• La colección de este material perteneciente a la Semahn es una de las más importantes del mundo, debido a que incluye especies únicas
MISAEL AUTE
“El ámbar es un fósil que no ha sido reglamentado apropiadamente. Se comercializa, pues tiene una connotación social y económica muy fuerte, empero, se debe crear conciencia entre la población que tiene importancia histórica, es decir, son piezas con valor científico incalculable”.
Gerardo C. Chanona, investigador del Museo de Paleontología de la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), comentó además que la dependencia posee una colección que se compone de seis mil ejemplares, incluidos artículos de este material y otros fósiles que tienen una antigüedad de 250 millones de años, además de restos de algunos animales (mamuts y mastodontes) con una edad de entre 12 y 13 mil años.
Recordó que a finales de 2019 dio inicio un proyecto para estudiar arañas en ámbar, específicamente del área de Simojovel, mismo que estuvo a cargo del biólogo Miguel Ángel García, el cual tuvo éxito. “Se lograron rescatar varios arácnidos dentro de esta resina”, anotó.
Respecto a cómo se determina el valor paleontológico de una pieza cuando es— hallada, el experto reveló que el primer factor es la rareza del espécimen. “Hay tipo de animales o plantas que son poco comunes encontrar en el ámbar, pues su hábitat no estaba cercano a los árboles que producían dicho material”.
Otra situación que determina su importancia es si el ejemplar está completo o no. “Muchos creen que entre más grande sea es más relevante, pero hay casos en donde los hallazgos más pequeños son más especiales, aunado a que todos deben ser sometidos a un trabajo taxonómico, pues dentro de una misma especie de insecto, hay muchas variedades”, ejemplificó.
Chanona dio a conocer que Chiapas posee diversos fósiles que son únicos en el mundo. “Contamos con algunos cangrejos dentro de ámbar y otros tipos crustáceos como ostrácodos. Esto posiciona a la colección de la Semahn como una de las más importante en el orbe”, aseguró.
Lamentó que muchos comerciantes al hallar este material lo comercializan, lo cual está prohibido por las leyes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). “Si nosotros detectamos que una pieza importante es vendida, emitimos una alerta en la aduana lo pueden decomisar”.
