Sin Embargo
Profesores de la UNAM consultados por SinEmbargo coincidieron que en la praxis dentro de la máxima casa de estudios hay aspectos y procedimientos neoliberales, mismos que deben combatirse con una urgente democratización, que sería posible con una reforma universitaria.
Ciudad de México, 3 de noviembre.- La precarización de los profesores de asignatura, quienes representan al menos el 70 por ciento de la plantilla docente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); así como la desigualdad, el elitismo y el pago de cuotas en algunos diplomados y exámenes, son algunas de las prácticas neoliberales más evidentes dentro de la máxima casa de estudios del país, explicaron académicos de la institución.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador acusó que la UNAM fue puesta al servicio del régimen neoliberal. “Se cooptó a académicos, que se convirtieron en ideólogos del neoliberalismo, sobre todo en el Gobierno de (Carlos) Salinas”, argumentó en su conferencia mañanera el pasado 27 de octubre.
Profesores consultados por SinEmbargo coincidieron en que en la praxis dentro de la Universidad hay aspectos y procedimientos neoliberales, mismos deben combatirse con una reforma al interior de la institución y con una urgente democratización.
“Yo diría que el Presidente se quedó corto porque hay muchas prácticas al interior de la Universidad que, desde que comenzó a implementarse en nuestro país el modelo neoliberal, comenzaron a ejercerse en la universidad, como el cobro de cuotas por exámenes. La precarización de los profesores de asignatura, por ejemplo, empezó hacerse más aguda”, destacó el doctor Octavio Rosaslanda Ramos, de la Facultad de Economía.
Alfredo Bravo Olivares, profesor de economía en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, explicó a su vez que las modificaciones que se han realizado a los planes y programas de estudio están completamente orientados en dar una enseñanza que satisfaga la necesidad del mercado.
“Modificaron ciertos aspectos. Se vincularon los planes y programas de estudio a la noción de lo que es el mercado, entonces con una mira a producir estudiantes no para que entiendan una rama científica y que se preparen para resolver problemas, sino para que respondan a un nicho de mercado y eso sucedió en todas las licenciaturas de la UNAM, una buena parte de las reformas a los planes y programas de estudio se destinaron al mercado”, destacó.
Por su parte, Luis Jaime Estrada Castro, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), destacó que es necesario matizar y no caer en los extremos, puesto que no se puede decir que en la UNAM haya una generalización en términos de derechización o neoliberalización.
“Hay grandes sectores históricos de la Universidad, estudiantes, profesores, investigadores, que han pugnado en las últimas décadas por evitar los efectos corrosivos que tienen este modelo económico de desigualdad, exclusión, marginación sobre grandes sectores del país, y que de alguna manera han luchado para frenar los efectos del neoliberalismo dentro y fuera de la universidad, particularmente dentro de la Universidad”.
No obstante, el académico no descartó que la Universidad desde la década de los ochenta haya pasado por un proceso que podrían llamarse de neoliberalización: “a mi parece que uno de sus más claros ejemplos tiene que ver con las condiciones laborales y de trabajo de sus profesores”.
Al respecto, el profesor Fernando López Bonifacio, de la Facultad de Arquitectura, coincidió en que, frente a un contexto global inmerso en el modelo neoliberal, la Universidad no ha sido la excepción: “Ha incurrido en esas prácticas desde antes de los periodos que se marcan oficialmente”, apuntó.
La neoliberalización en la UNAM, explicó el profesor Luis Jaime Estrada, si bien tiene características muy particulares al interior de la Universidad, también obedece a un contexto internacional.
“Es necesario entender a la Universidad dentro de un contexto global y de un proceso de transformación nacional —que ya vienen desde los años ochenta y noventa—, de los procesos de privatización y desmantelamiento del Estado, y entre ellos, de la inversión pública”.
El maestro de Economía Alfredo Bravo Olivares explicó que a partir del año 1996 —luego de que el Banco Mundial emitiera una serie de documentos normativos y México firmara una Carta de Intensión, bajo el término de propiciar que las universidades privadas estén al mismo nivel que las públicas para competir en el mercado— es que la UNAM comenzó a hacer reformas encaminadas a reducir la matrícula, los niveles de ingreso y sobre todo a perfilar la educación hacia una relación de competencia.
PRECARIZACIÓN Y ELITISMO
La precarización en la mayoría de la plantilla docente —que son los maestros de asignatura— las “mafias” y el “elitismo” al interior de la UNAM son prácticas, de acuerdo con los profesores, que reflejan la incorporación de modelos neoliberales.
“La elitización de las categorías de los académicos es una muestra; además, hay una desigualdad salarial muy marcada”, explicó el profesor de arquitectura Fernando López.
Y es que en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) hay una desigualdad y brecha salarial marcada entre los diferentes docentes de esta institución.
Mientras que los profesores de asignatura ganan entre mil 700 pesos o poco más de 4 mil pesos; otros maestros, los de tiempo completo, reciben remuneraciones de más 20, 30 o 50 mil pesos, y en algunos casos; la élite, por encima de los 100 mil pesos.
Luis Estrada abundó que el problema de los profesores de asignatura se remonta a la década de los ochenta cuando comenzó a incrementarse la matrícula de estudiantes y con ello la necesidad de más profesores. Sin embargo, disminuyeron las condiciones de estabilidad laboral.
“Las plazas se han reducido y el número de aspirantes ha aumentado y eso ha generado que —ante la necesidad del crecimiento de la matricula— se ha tendido que este crecimiento de profesores en condiciones precarias”, explicó Estrada.
Además de esta marcada desigualdad salarial, la plantilla docente también tiene que lidiar con “mafias” al interior de la UNAM y una elitización que —aunado a una serie de trabas y vicios— obstaculizan que los profesores de asignatura puedan acceder a una plaza o subir en el escalafón que tiene copado una élite, señalaron los académicos consultados.
“En la Universidad está operando una especie de sistema de castas en el cual los profesores de tiempo completo e investigadores, una buena parte de ellos, están dedicados a producir publicaciones y a esas publicaciones se lespremia, pero a nosotros como profesores de asignatura se nos dice que tenemos que elevar nuestra productividad, y aunque nos da estímulos, estos son verdaderamente raquíticos, a cambio de dar clases. Todo el trabajo de investigación que hacemos, y que muchas veces tenemos que hacer de manera independiente, con nuestros propios recursos, esa no es considerada investigación para la Universidad”, detalló el profesor Octavio Rosaslanda.
En ello coincidió Estrada Castro:
“Se ha constituido una suerte de elite burocrática, que de alguna manera ha exacerbado y recrudecido las diferencias salariales de manera muy marcada; hay un manejo del prepuesto por grupos, por ciertas elites de poder en el Universidad que de alguna manera hace que no llegue el presupuesto como quisiéramos a sectores históricamente precarizados”.
COBRO DE CUOTAS
Los profesores consultados coincidieron en que en diferentes escuelas se establecen mecanismos de cobro y eso es otra muestra de la “derechización”.
“Por ejemplo, en los posgrados, te condicionan el ingreso si no pagas el curso propedéutico, o sea, hay un filtro socioeconómico muy fuerte”, expuso Fernando López.
Alfredo Bravo añadió que otros ejemplos son los centros de lenguas que tienen cuotas de recuperación. “En los laboratorios también hay cobrar. La Fundación UNAM, además de toda la ilegalidad que significa que esa Fundación esté adentro de la UNAM, les cobra a los estudiantes”.
El catedrático de economía y que desde hace años ha denunciado corrupción académica, detalló que uno de los cobros más graves que se realizan en la UNAM es el del pago por cursos y diplomados.
“Hace como 15 años se establecieron los diplomados como una forma de titulación. Entonces muchos estudiantes ya no optan por hacer una tesis o un informe de labores, ahora se titulan por diplomado; en la FES Aragón los diplomados van entre 13 mil y 50 mil pesos. Los estudiantes pagan por un diplomado para titularse”
Octavio Rosaslanda concordó en que en varias escuelas y facultades los cursos y diplomados, tienen costos prohibitivos para los estudiantes y por esa razón muchos de ellos no pueden sufragar los costos de cursos que se dan como si fueran de universidad privada.
“En muchas escuelas, a los profesores investigadores se les pide que ingresen recursos y que se busque generar patentes, es decir, que por la investigación la UNAM o los institutos reciban recursos y esto genera prácticas perversas”, advirtió.
ESTUDIOS E INVESTIGACIONES.
Los planes y programas de estudio son otro ejemplo que se pueden circunscribir a la neoliberalización, de acuerdo con los académicos consultados.
Al respecto, Alfredo Bravo aseguró que las modificaciones que se han hecho han estado completamente orientadas a satisfacer la necesidad del mercado.
“Lo que se hace es encaminar los planes y programas de estudio en un sentido individualista, de manera que no se restrinja el libre desarrollo de las capacidades y las libertades empresariales del individuo, es decir, fortaleciendo la noción de los derechos de propiedad privada y nociones de libertad comercial”, dijo.
Octavio Rosaslanda denunció que la investigación del personal docente también ha sido impactada con este modelo, pues a través del presupuesto se obstaculiza la investigación crítica del neoliberalismo en la universidad.
“Toda investigación crítica no es financiada no es apoyada con recursos de la UNAM, porque es mentira que hay libertad de investigaciones, […]. Lo digo porque yo he formado parte de diversos grupos de investigación, hemos hecho propuestas de proyectos a partir de teoría crítica, pero no han sido respaldados por la Universidad”.
El profesor Fernando López Bonifacio concordó:
“Se han hecho reformas internas a los planes de estudio y demás, y les le han ido quitando la parte crítica volviéndola más tecnocrática y elitistas esa es otra de las prácticas”.
Los trabajadores académicos enfatizaron que es necesaria y urgente una reforma para la democratización de la máxima casa de estudios.
“Tendríamos que poder elegir a nuestros rectores, porque los rectores de la UNAM han sido seleccionados a través de procesos de cuotas de poder al interior de los grupos políticos. Por otro lado, no están claramente ni adecuadamente representados los intereses de los estudiantes que son los que reciben”, expresó Rosaslanda Ramos.
Luis Estrada explicó que la democratización de la UNAM, que lleva décadas exigiéndose, tiene que ver la transparencia del ejercicio del presupuesto, es decir, con la posibilidad que, de manera colegiada, profesores y profesoras tengan voz sobre la manera en que se ejerce el prepuesto.
“Sin duda creo que es algo que la Universidad debe replantearse con mucho respeto y apego a la autonomía de la Universidad. Creo que la autonomía no es algo que deba de ponerse en duda, pero si internamente hay un trabajo muy importante por hacer en términos de la democratización de la universidad”.