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En un discurso en el que se enlistan las amenazas para la paz global y la dignidad humana, el papa Francisco pidió la “prohibición universal” de la gestación subrogada.
«Considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño; y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre. Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato», dijo el pontífice a los embajadores acreditados ante la Santa Sede.
En el discurso de este lunes 8 de diciembre, el pontífice aseguró que la vida del no nacido “debe protegerse y no ser suprimida ni convertida en un producto” que se pueda disponer para la venta.
Una postura que se alinea con la determinación de la iglesia católica hacia este tema desde hace varios años; sin embargo, aunque El Vaticano se opone a los llamados “úteros de alquiler”, su doctrina oficial ha dejado claro que los padres homosexuales que optan por la maternidad subrogada pueden acceder con libertad a bautizar sus hijos en esa religión.
Y pese a que esta práctica se ha resumido en “alquiler de vientres” y se muestra como alternativa a parejas del mismo sexo o heterosexuales que no pueden concebir por sí mismos, cada país tiene su opinión al respecto.
Informes de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, aseguran que la maternidad subrogada no es más que “un tipo de embarazo en el que una mujer lleva en su vientre un bebé, en lugar de otra persona que no puede tener hijos, hasta dar a luz”.
Y además explica que en ocasiones esto es, además, “una opción para hombres y mujeres que desean tener hijos pero que recibieron determinados tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y radioterapia, que a veces causan esterilidad”.
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Una técnica rechazada por la iglesia católica y restringida en muchos países
No es la primera vez que el papa Francisco lanza fuertes declaraciones contra la gestación subrogada. En junio de 2022 el pontífice calificó esta práctica de “inhumana” y recordó que el proceso de dar vida a un ser humano es un acto “natural” en el que las manos del hombre poco deben intervenir.
Precisamente este punto es el que secundan muchos Estados en todo el mundo, pues consideran que la técnica podría ser autorizada cuando se hace bajo la base de una situación “altruista” o con fines de beneficiar a los miembros de la familia, pero sin ningún interés o transferencia económica de por medio.
Mientras que países como España, Francia, Alemania, Polonia e Italia prohíben esta técnica con varios años de prisión para quienes se encuentren culpables, la gestación comercial de este tipo es autorizada en Ucrania, en Grecia, o algunos estados de Estados Unidos, con precios del procedimiento que pueden superar los 79.000 dólares.
“En cada momento de su existencia, la vida humana debe ser preservada y tutelada, aunque constato, con pesar, especialmente en Occidente, la persistente difusión de una cultura de la muerte que, en nombre de una falsa compasión, descarta a los niños, los ancianos y los enfermos», insistió el jefe de la Iglesia católica.
Cada país se ha blindado a esta práctica de forma distinta. En el caso de Alemania la Ley de Protección del embrión de 1990 resguarda a “los no nacidos” y por ende el uso de los óvulos de donantes, la transferencia de más de tres embriones al útero y la gestación subrogada se pueden sancionar hasta con tres años de prisión, según los datos oficiales.
En Francia la pena es similar, pero se suma una multa de hasta 47.000 dólares para los individuos que se encuentren relacionados con este proceso. Para las clínicas que promuevan la técnica, el país galo puede sancionarlos hasta con 77.000 dólares y cinco años de cárcel para sus directivos.
En Ucrania, en cambio, antes de la guerra con Rusia que inició en febrero de 2022, se contabilizaban unas 30 clínicas dedicadas a la gestación subrogada, un censo que recogió la agencia internacional VittoriaVita, que además también cifró los costos del proceso entre 32.000 y 43.000 dólares, precios extremadamente bajos si se comparan con los 110.000 dólares que se podría cobrar en Estados Unidos.
En Grecia y Rusia el Estado alejó a las parejas homosexuales de acceder a esta práctica y solo las parejas heterosexuales pueden optar por la maternidad subrogada.