DW
Los humanos son responsables de la extinción de unas 1.430 especies de aves, una cifra que duplica las estimaciones que se tenían hasta ahora, según una nueva investigación publicada en la revista Nature Communications.
Un equipo liderado por el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido (UKCEH), con la participación del Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (CREAF), ubicado en Barcelona (España), ha utilizado modelos estadísticos para estimar cuántas extinciones de aves sin descubrir podría haber habido a lo largo de la historia humana moderna.
Aves extinguidas «sin dejar rastro»
Los investigadores calculan que unas 1.430 especies de aves se han extinguido debido a las actividades humanas desde el Pleistoceno tardío, hace unos 130.000 años. La cifra duplica las estimaciones actuales e incluye especies que desaparecieron antes de que existieran incluso registros escritos.
«Nuestro estudio demuestra que el impacto humano sobre la diversidad de las aves ha sido mucho mayor de lo que se pensaba», afirma el Dr. Rob Cooke, uno de los responsables del estudio.
La investigación, basada en modelos matemáticos, «revela la magnitud real de las extinciones globales provocadas por los humanos, con las implicaciones que ello conlleva por la crisis de biodiversidad actual», sostiene CREAF en declaraciones recogidas por la agencia Efe.
«Los humanos han devastado rápidamente las poblaciones de aves mediante la pérdida de hábitat, la sobreexplotación y la introducción de ratas, cerdos y perros que asaltaban los nidos de las aves y competían con ellas por el alimento. Demostramos que muchas especies se extinguieron antes de los registros escritos y no dejaron rastro, se perdieron en la historia», sostiene Cooke en declaraciones
Esfuerzo de documentación
Hasta ahora, las observaciones y los fósiles han descubierto que, desde el final del Pleistoceno -cuando los humanos empezaron a expandirse por el mundo-, se han extinguido unas 600 especies de aves, el 90 por ciento en islas habitadas por personas.
Las especies desaparecidas van desde el icónico Dodo de Mauricio hasta el alca gigante del Atlántico Norte, pero también hay ejemplos más cercanos: pájaros de Canarias como la urraca de mar negra, y de las Islas Baleares, como el rascón de Ibiza.
El equipo de investigación ha utilizado los datos de las extinciones que sí se conocen, y los ha extrapolado para determinar cuántas especies más podrían haberse extinguido. Un esfuerzo de documentación que dista de países como Nueva Zelanda, el único país del mundo donde se cree que la fauna de aves anterior a la llegada del ser humano está plenamente documentada, con restos bien conservados de todos los pájaros que habitaban en ella.
Extinciones históricas
La investigación ha aportado información sobre tres procesos de extinción masivos, de los que el más importante corresponde al que se dio en el siglo XIV en el Pacífico Oriental -incluyendo Hawái-, donde se estima una pérdida de 570 especies de aves.
El segundo corresponde al que sucedió en el siglo IX a.C. por la llegada de personas al Pacífico Occidental y que incluye a las islas Fiji, mientras que el tercero es el que la Humanidad vive en la actualidad, que comenzó a mediados del siglo XVIII.
La tercera extinción masiva
Desde entonces, además del aumento de la deforestación y la propagación de especies invasoras, las aves han tenido que hacer frente a amenazas adicionales impulsadas por humanos, como el cambio climático, la agricultura intensiva y la contaminación.
Los científicos señalan que estamos viviendo «la tercera extinción masiva de aves de la historia», provocada por las distintas alteraciones que la humanidad ha provocado en sus ecosistemas: la tala de árboles, el cambio climático o la introducción de especies exóticas, entre otros, según recoge el portal National Geographic.
La previsión es que esta crisis en curso supere el evento de extinción del siglo XIV, ya que existe riesgo de perder hasta 700 especies adicionales de aves en los próximos años.
Crisis de biodiversidad
«Estas extinciones históricas tienen importantes implicaciones para la actual crisis de biodiversidad», afirma el Dr. Søren Faurby, de la Universidad de Gotemburgo, otro de los responsables del estudio.
«Es posible que el mundo no sólo haya perdido muchas aves fascinantes, sino también sus variadas funciones ecológicas, que probablemente hayan incluido funciones clave como la dispersión de semillas y la polinización», sostiene.
«Esto habrá tenido efectos nocivos en cascada sobre los ecosistemas, por lo que, además de la extinción de aves, habremos perdido muchas plantas y animales que dependían de estas especies para sobrevivir», recalca.