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«Hemos alzado mucho la voz para apoyar que Bernardo Arévalo y Karin Herrera asuman la presidencia el 14 de enero. Este intento de golpe de Estado es inaceptable», dice a DW Tilly Metz, presidenta de la Delegación para las Relaciones con los países de América Central en la Eurocámara.
Con una resolución de apoyo aprobada por altísima mayoría en el Parlamento Europeo y una invitación a Bernardo Arévalo, tan pronto asuma, a participar en una reunión del Consejo de jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la UE, desde las instituciones europeas se ha puesto todo en marcha para evitar que se tuerza el camino democrático que los electores guatemaltecos decidieron en las urnas.
«No recuerdo otra vez donde hayamos estado tan en consonancia Naciones Unidas, la OEA y la diplomacia europea bajo el Alto Representante, Josep Borrell», subraya Metz. En el texto aprobado en la Eurocámara se habla de medidas restrictivas individualizadas contra cinco personas, responsables de los intentos de este golpe de Estado.
«No hablamos de sanciones, pero es lo mismo», agrega Metz. Se trata de congelación de activos y prohibición de entrada en territorio comunitario. Aparte de este recurso, que «culpa y avergüenza» (blaming and shaming) a los representantes del Ministerio Público (la fiscalía guatemalteca) y sus colaboradores, el texto recuerda que el Acuerdo de Asociación con los países de Centroamérica parte del respeto a valores democráticos y derechos humanos. Un golpe de Estado, como éste, borraría esa base.
La coordinación ha marcado la diferencia
«Después de tantos comunicados y declaraciones que resultaron sin dientes, se probó que un actuar coordinado en torno a sanciones, sí sirve. Las acciones coordinadas de la UE, Mercosur, la OEA, Estados Unidos e incluso Costa Rica, han marcado la diferencia. El movimiento de lospueblos ancestrales y Semilla han hecho impacto y la última decisión de la Corte de Constitucionalidad -que nos salvó del golpe de Estado- se debió a esta presión», explica a DW, desde Guatemala, Michael Mörth, de la Comisión Internacional de Juristas y miembro del Bufete Jurídico de Derechos Humanos de Guatemala.
«Hemos tardado en tener este consenso, sí. Hay guerra en Europa y en Cercano Oriente. No obstante, creo que la señal que hemos dado es fuerte. Por otro lado, las misiones de observación electoral de la UE -con especial mención a la Guatemala- acaban de ser galardonadas con el Premio Wilson al Servicio Público por su defensa de la democracia. Tenemos que seguir actuando en consecuencia», insiste Metz, eurodiputada por Luxemburgo.
No quitar el dedo del renglón
«La veeduría internacional debe mantenerse hasta que Bernardo Arévalo asuma la presidencia el 14 de enero», dice a DW, desde Washington, Álvaro Montenegro, de la organización Alianza por las Reformas.
«La misión de la OEA va a continuar y, así mismo, es deseable que las misiones diplomáticas acreditadas en el país, la prensa y las oenegés internacionales se mantengan atentas, porque hay riesgo de que la Fiscalía destape procesos penales en las próximas semanas. Los viernes -cuando hay menos cobertura noticiosa- los están utilizando para acusar a personas defensoras de derechos humanos y a integrantes del partido Semilla», alerta Montenegro.
Como fuere, y aunque Bernardo Arévalo llegase a su investidura, queda claro que la comunidad internacional no debe quitar el dedo del renglón. «Tendrá la oportunidad del rescate democrático más importante del hemisferio», subraya Montenegro, especialista en derechos humanos y derecho internacional. «Estamos conscientes de que si sobrevive -en sentido estricto y figurado- y llega al poder, lo va a tener muy difícil. Pero habrá una puerta hasta ahora inédita para atacar la corrupción. Hemos apoyado las elecciones y sus resultados, así que el que dice ‘a’ tiene que decir ‘b’ y ‘c’ y debemos apoyar a Guatemala en esa transición», concluye la presidenta de la Delegación para Centroamérica.