Escuchar las expresiones quizá más relegadas no sólo por su condición femenina, sino también por la geopolítica, que actualmente se expresan en el sur del mundo, es la idea central del XXX Coloquio Internacional de Estudios de Género. Remolinos feministas desde los sures globales, encabezado por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) y la Cátedra Extraordinaria Fátima Mernissi de la Coordinación de Humanidades de la UNAM.
En algunas regiones de América Latina, Asia y África son evidentes las desigualdades sociales y económicas, con mayor énfasis que en el norte global. Pero no por ello hay calma: en esos sitios se desarrollan movimientos sociales semejantes a torbellinos que se forman, crecen, toman fuerza y chocan con lo establecido, señaló Marisa Belausteguigoitia Rius, directora del CIEG, durante la inauguración del Coloquio.
“Se trata de un encuentro intenso, potente y en ciernes, porque hablamos de cosas que están sucediendo”, comentó durante la inauguración, celebrada en el auditorio Mario de la Cueva de la Torre II de Humanidades.
Entre los temas, destacan las subjetividades feministas y feminizadas (como la población trans, queer, no binaria y de la diversidad sexual), las personas con discapacidad, las infancias y adolescencias, la migración y la pobreza.
Ante Nina Höchtl y Alejandra Tapia Silva, coordinadoras académicas del Coloquio, la directora agregó:
“Hablamos constantemente de fluidez, de flexibilidad, de fragmentación, de construcción de saberes dúctiles, plegables, fronterizos, de otros en proceso y en construcción”. El reto es lograr que esos saberes se instalen en la academia, y lo que normalmente suele suceder es que éstos se acumulan en los bordes. Para verlos hay que tener mucha atención, pues los bordes muchas veces son pliegues y se esconden.
“El canon, la escritura y la organización letrada que se da en la academia acumulan en los bordes a estos saberes y prácticas que muchas veces son producto de sujetos no normativos que han entrado en la academia generando fenómenos parecidos a los remolinos: desordenan, rearticulan, obligan a la academia a mirarse a sí misma y estructurarse de otra manera. Aquí entran grupos de la diversidad, indígenas y afromexicanos”, aseguró.
En su oportunidad, Gabriela Ríos Granados, secretaria académica de la Coordinación de Humanidades, resaltó la trigésima edición de este evento internacional, que da cuenta de un compromiso firme del CIEG por continuar lanzando una convocatoria a voces de muy distinta procedencia para escucharse, dialogar, generar conocimiento en el campo de los estudios de género.
Destacó que el coloquio siempre ha traído a la mesa una serie de temas pertinentes y de vanguardia, como ciencia, tecnología y género; la marea verde; y elemento del agua.
“Hoy el aire se hace presente a través de la metáfora de los remolinos, que nos dan una excelente imagen mental de las movilizaciones feministas que tienen lugar en distintas partes del mundo, concentradas bajo términos académicos, en el sur global.”
Premio Laureana Wright
Al final de la inauguración se premiaron los trabajos ganadores del Concurso Laureana Wright, que convocó a personas egresadas de maestría o doctorado de la UNAM y otras instituciones de educación superior nacionales o extranjeras, que realizaron un trabajo de investigación para obtener el grado.
El concurso busca reconocer, impulsar y fortalecer el desarrollo de investigaciones innovadoras de feminismos y género, además de que honra a la escritora y precursora del feminismo, nacida en Taxco, Guerrero, en 1846.
Los trabajos ganadores fueron: en maestría, “Narrativa de política feminista versus conservadora: el aborto en Oaxaca”, de Paulina de la Garza Castro, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-México.
En doctorado, la distinción fue para “TERRANE y Vivencias: interpelaciones a la Casa Grande. Análisis interseccional de procesos creativos, prácticas descoloniales y articulaciones comunitarias”, de Paola María Marugán Ricart, de la UAM Xochimilco.