«Este señor se fue cinco años a estudiar a Estados Unidos y resulta que solo por ese hecho ya tiene una mentalidad de Izquierda y defenderá la 4T», señaló el legislador
A título personal, el diputado del Partido del Trabajo, Carlos Mario Estrada Urbina, dio a conocer su inconformidad porque recientemente se haya avalado la adhesión a las filas del partido, al expriísta Roberto Albores Gleason, «pues en lugar de sumar, restará al instituto político», consideró.
«A muchos no les gusta lo que opino, pero pertenecemos a un partido de Izquierda, donde tenemos diferencias, pero discernimos, es decir, no es como en la Iglesia, donde siguen un dogma y manejan verdades absolutas», dijo al asegurar que no es el único militante que no está de acuerdo con esa adhesión.
Hizo alusión a lo que al interior del partido de escucha respecto a que Albores Gleason solo llega a quitar espacios a petistas. «Este señor se fue cinco años a estudiar a Estados Unidos y resulta que solo por ese hecho ya tiene una mentalidad de Izquierda y defenderá la 4T».
Interrogado respecto a las declaraciones del presidente estatal del partido, Amadeo Espinosa, quien aseveró que vislumbra a Gleason en el 2024 como el candidato del PT a la gubernatura de Chiapas, Estrada Urbina consideró que si asegura eso es porque de seguro ya tienen un acuerdo entre ellos.
Recordó que muchos de los fundadores del PT también fueron los creadores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en 1979. «Proveníamos de luchas estudiantiles y/o campesinas, y posteriormente formamos un grupo llamado ‘Línea Proletaria'».
En su relato, el legislador explicó que en 1991 ese grupo recibió la invitación para fundar el Partido del Trabajo, «lo cual hicimos, miemtras los seguidores de Manuel Hernández Gómez, luchador del Magisterio y exlíder de la Sección 7, se unieron al Partido Revolucionario Institucional (PRI)».
Aclaró que la línea del PT es maoista (teoría de extrema izquierda desarrollada por Mao Zedong, primer presidente de la República Popular China), y en los años en que su grupo se unió en Chiapas fueron llamados la Ultra Radical. «Todos estos son antecedentes de que provenimos de un sector de lucha».
Rememoró que antes de 1982 el gobierno federal tenía más de mil 800 paraestatales, la mayoría de las cuales fueron vendidas en el gobierno de Miguel de la Madrid, calificando estas acciones como «desincorporación». «En este proceso muchos que no tenían ni dónde caerse muertos se hicieron millonarios, como Roberto Hernández».
