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Oaxaca: cuando las iglesias y escuelas se convirtieron en cuarteles militares

20 Las palabras de los sobrevivientes de la Guerra Sucia en Oaxaca cayeron como agua helada sobre los comisionados de la Comisión para la Verdad el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos.

Víctimas y comisionados se encontraron en los Diálogos por la Verdad – Oaxaca, el espacio donde los sobrevivientes de la Guerra Sucia narran su testimonio.

“Estamos en un lugar emblemático para el estado de Oaxaca y para los movimientos sociales. Estamos en algo que se llamó La Comisaría, aquí se albergó la dirección de seguridad estatal por lo menos hasta los años 90” dijo, la moderadora, Sara Méndez Morales.

Al inaugurar las actividades del mecanismo de impulso a la justicia, el secretario técnico de la Comisión para la Verdad, Félix Santana Ángeles, dijo que están trabajando con la Secretaría de la Defensa Nacional para la entrega del archivo que aún falta.

“Esta comisión tendrá más información por dos razones: la primera es la apertura de los archivos en el Archivo General de la Nación, incluso archivos militares que van a dar información que no se había conocido al día de hoy. Al respecto, en estos temas de los archivos, les informo que hemos sido convocados para la transferencia de información de las dependencias del gobierno federal” adelantó, Santana Ángeles.

Días atrás, la Comisión había denunciado que el Centro Nacional de Inteligencia se negaba a ello.

Después de su anuncio, Santana detalló que el plan de búsqueda de personas desaparecidas de 1965 a 1990 es el tercer pilar de la Comisión Nacional de Búsqueda de personas desaparecidas que ha ingresado a las instalaciones militares:

“Hace 10 días se realizó una segunda búsqueda en el Campo Militar número 1-A. Los sobrevivientes señalaron los potenciales lugares donde estuvieron detenidos”.

Y agregó:

“En esta fase estamos utilizando tecnología del más alto nivel para ubicar con geo radares posibles modificaciones en la parte del subsuelo de instalaciones militares. Pronto tendremos resultados de las investigaciones de la Comisión Nacional de Búsqueda sobre la ubicación de varios puntos de interés en la zona de Guerrero. De confirmarse la información, iniciaremos la exhumación a la brevedad posible junto con las autoridades ministeriales ese estado”.

Al quinto encuentro de los Diálogos por la Verdad en la Real Alhóndiga de Antequera, Oaxaca, además de las víctimas, estuvieron el representante de la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), Jesús Peña Palacio; y el secretario técnico de la Comisión para la Verdad el Esclarecimiento Histórico y el impulso a la justicia de las violaciones graves a los derechos humanos, Félix Santana Ángele.

También estuvieron presentes los comisionados del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico, Abel Barrera Hernández, David Fernández Dávalos y Carlos Pérez Ricart.

En su intervención, el comisionado David Fernández Dávalos dijo que la investigación que realiza la comisión permitirá sentar las bases para construir un México distinto al que les ha tocado ver y vivir.

“Echemos una mirada para atrás. Al pasado que nos agobia. Que nos pesa que ha condicionado las cosas en el presente para proyéctarnos a un futuro más democrático y con una cultura más nueva con respeto a los derechos humanos”.

El Ejército mexicano tomó nuestro pueblo.

La primera en narrar la represión política en Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, fue la integrante de la Coalición Obrera, Campesina, Estudiantil del Istmo (COCEI), Bertha Ovalle Bustos. Ella es militante y sobreviviente de detención arbitraria, desaparición forzada, transitoria prisión política y tortura en juchitán en 1983.

“Mi nombre es Bertha Alicia Ovalle Bustos. Tengo 65 años de edad. Inicié a los 16 años a militar en el movimiento estudiantil en la Ciudad de México, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), donde estudié enfermería. Nosotros luchábamos por mejores planes y programas de estudios. Lo logramos al participar en los comités de lucha del movimiento estudiantil” soltó a botepronto.

Ovalle Bustos recordó que en 1977 conoció a su pareja, Jesús Vicente Vázquez, quien fue dirigente de la COCEI. Bertha se mudó con él a Juchitán, para integrarse a los trabajos con la población civil.

“Varios compañeros que estudiaban en la Ciudad de México regresaron para para retomar la organización, en ese entonces sonaba mucho la lucha armada”.

Y agrega:

“Los compañeros que participamos en los movimientos estudiantiles, campesinos y obreros a nivel nacional, planteamos entrarle a las elecciones, pero muchos nos veían como si fuéramos reformistas y electoreros, pero en el Istmo de Tehuantepec, particularmente en Juchitán, lo que pensábamos era la vía electoral”.

Vestida con una blusa de manta ribeteada de flores típicas de las comunidades indígenas, Martha Alicia suspira profundo y retoma otro cacho de su historia en la lucha popular de Juchitán.

“El Ejército nos seguía a donde íbamos. Llegamos a las puertas del palacio con piedras o con lo que encontramos, hubo disparos y cayó de un impacto de bala un campesino, José Yola”.

Con voz potente, Ovalle Busto denuncia a los militares:

“El ejército empezó a tomar posesión de escuelas e iglesias. Pronto los convirtieron cuarteles militares. De 1978 a 1981 seguimos organizando a las personas en las comunidades. El 11 de Julio de 1977 desaparecen al maestro Víctor Pineda Ernestroza, a quien conocíamos como Víctor Yodo”.

En 198, la COCEI gana la presidencia municipal de Juchitán, encabezada por Leopoldo Pineda. Mientras, la pareja de Bertha Alicia, Jesús Vicente, asumió la comandancia de policía municipal. “Yo estuve en salud, impulsamos la construcción de casas de salud y construcción en las agencias”.

En 1983, el Congreso de Oaxaca desaforó a Leopoldo Pineda, lo que provocó que los campesinos se movilizaran en el municipio de Juchitán para restaurar el gobierno popular. El gobierno estatal los reprimió y asesinó a dos personas. Con eso inculparon a Jesús Vicente.

A Jesús lo siguen elementos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) en la ciudad de México:

“Tenían la casa de estudiantes rodeada, le le dijimos a Jesús que no saliera, pero él dijo ‘tengo que ir porque en Juchitán y Salina Cruz tienen a más de 500 detenidos entre niños, mujeres embarazadas y ancianas’”.

A Jesús Vicente lo desaparecieron 8 días. A Bertha Alicia 8.

«Dejaron una escuela sin maestro»

La historia la cuenta Héctor Pineda Santiago, hijo de Víctor Yodo.

«El 11 de julio de 1978 es detenido y desaparecido mi papá cuando circulaba a bordo de su vehículo volkswagen sedán color rojo. Víctor Yodo fue detenido en pleno centro de juchitán por varios elementos del ejército mexicano, ante cientos de testigos que identificaron a Gabriel Espinoza Peral, vecino de Juchitán y elemento activo del 11 Batallón de Infantería.

“Dejaron una escuela sin maestro, sin esposo a Cándida y sin padre a una niña de 4 años y un niño de 1 año. Además le quitan a una madre a su hijo mayor y a los campesinos, obreros y pescadores los dejan sin asesor en la lucha por mejores condiciones de vida”.

A pesar de que había cientos de testigos cuando elementos del Ejército mexicano desapareció a Víctor Yodo, el fiscal de Oaxaca solo aceptó a tres testigos. De los declarantes de este caso solo sobrevive uno. Luz Ernestroza López y Cándida Santiago Jiménez, madre y esposa de Víctor, participan con el comité Eureka encabezado por doña Rosario Ibarra de Piedra a partir de 1980. Buscaron incansablemente a su hijo, y a cientos más.

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