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Con el inicio del ciclo escolar 2023 – 2024 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las discusiones sobre un instrumento “casi sacralizado”, que no se ha tocado en años, el cual es el examen de ingreso estandarizado han vuelto a estar en el tintero.
Para la doctora en Ciencias de la Educación de esta casa de estudios Carlota Guzmán Gómez, los mecanismos de ingreso a la UNAM es tiempo de plantear nuevas soluciones que realmente reflejen la realidad de toda la comunidad estudiantil y que sean empáticas y ecuánimes con las condiciones económicas y sociales de todas las y los aspirantes.
“Los mecanismos de ingreso a la universidad se tienen que repensar. Se tienen que pensar y abrir hacia otras soluciones. Porque un examen de ingreso que aparentemente es neutro, estandarizado en 120 aciertos, nos es el único medio que se tiene para poder abrir las puertas determinados jóvenes”.
Guzmán Gómez cuestionó la existencia de factores como las habilidades, el interés y las aptitudes de la comunidad estudiantil que no necesariamente se pueden medir a través de un examen.
Por lo que más allá de centrarse en los 120 aciertos, la dra. Guzmán pidió también tomar en cuenta criterios de evaluación como:
Interés
Capacidades
Aptitudes
Que tienen cada una de las y los estudiantes que aspiran a estudiar una licenciatura en la Universidad de la Nación.
Pase Reglamentado otro recurso “intocable”
Para la investigadora, otro tema que también se debe sumar al debate al interior de la UNAM, es la aplicación del Pase Reglamentado, el cual da acceso a toda la comunidad estudiantil que proviene de alguna preparatoria o Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) a algún plantel a nivel universidad.
Sin embargo, este recurso no responde al contexto de cada estudiante, aun cuando es visto por la propia comunidad universitaria casi como un derecho.
“Hay preparatorias que están ubicadas en condiciones de precariedad”. Se tiene que poner a debate quiénes son esos estudiantes que están ingresando a la universidad, cómo están ubicados socialmente.”.
Para Guzmán el cambio se inicia con la forma en cómo se abren o no las puertas para las y los nuevos aspirantes a la UNAM.