#LaEstafita en la gestión de Carlos Morales Vázquez:
Son 200 habitaciones
Cada trabajadora cobra 50 pesos por servicio
Ganan como mínimo 500 pesos por día
Los espacios que pagan al municipio de lunes a domingo: 200, 150 y 100 pesos
No tienen día de descanso, es día perdido
De todo lo que pagan les quedan libres como 200 pesos
Yeny Pascasio
«La explotación sexual en Tuxtla Gutiérrez, es el monstruo de las siete cabezas», aseguraron las sexoservidoras de la Zona Galáctica para evidenciar las cuotas diarias que pagan al ayuntamiento para poder trabajar.
Actualmente la administración municipal recibe cerca de dos millones de pesos mensuales por los cobros de renta, internet, uso del sanitario, estacionamiento, pase de entrada en este lugar ubicado a las afueras de la capital.
Desde el ingreso el costo es de 10 pesos por visitante, por el internet pagan 30 pesos, 10 pesos de estacionamiento y cinco pesos por el uso de los sanitarios, asimismo a las mujeres les venden la tarjeta para servicios de salud y condones (de la Secretaría de Salud) que -dijeron- deberían ser gratuitos.
Son aproximadamente 200 habitaciones, cada trabajadora cobra 50 pesos por servicio y ganan como mínimo 500 pesos por día.
Los espacios para cada una, están seccionados por módulo y rentas que pagan a municipio de lunes a domingo: 200, 150 y 100 pesos. «Aquí no hay descanso, es día perdido. De todo lo que se paga te quedan libres como 200 pesos».
Hasta el transporte público cobra cinco pesos más de lo normal para llegar a la Galáctica.
Elvira Madrid, fundadora de la asociación civil Brigada Callejera de Apoyo para la Mujer, lamenta que se encuentren en un «estado proxeneta» que cobra y explota a las mujeres de la Zona a través del ayuntamiento.
El dinero que se genera va para el municipio y para campañas políticas, dijo y explicó que el ayuntamiento no es propietario de la Zona Galáctica y cada módulo está concesionado, «tiene un dueño y presta nombre diferente».
Feminicidios
De 2018 a la fecha, sólo en esta zona de tolerancia han asesinado a cinco mujeres y cada mes las propias trabajadoras rescatan a una, de las manos de potenciales feminicidas, denunció.
Dijo que la presencia de al menos cinco cantinas y música con mucho volumen, provoca que no se escuche cuando una mujer es violentada, «la última fue asesinada en abril de este año con mucha violencia y aunque el asesino está en la cárcel, no lo castigaron por feminicidio».
En el gobierno de Juan Sabines Guerrero, se suscitó una matanza de trabajadoras en la citada zona. A partir entonces, regularizaron a quienes eran migrantes y las autoridades pidieron que se fueran a otros estados para evitar más feminicidios.
Anteriormente la mitad de la población eran mujeres centroamericanas, ahora son pocas, pero la discriminación y abuso de las autoridades por ese estatus, continúa.
Fiel a su política, la autoridad municipal, al frente Carlos Morales Vázquez, calla. No hay postura oficial.
