Mientras el público ovaciona la interpretación de Mariana Guadalupe Navarro
Clemente, en su Concierto Final de la Licenciatura en Música, ella agradece las experiencias y conocimientos adquiridos en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH); aunque su noción del desarrollo musical, iniciado a los cinco años de edad, le hace considerar que se trata de “un paso más”.
Cursó el Programa Infantil de la Facultad de Música, a los 14 años el nivel
propedéutico, y ahora concluye la licenciatura; un camino guiado por profesores como José Ruiz García, Noelia Gómez, Luis Llacer, Rafael Nava Curto, Thomas Vejvoda y Rie Watanabe.
Tras la interpretación al violín de “Sonata No.1 en Sol Menor, BWV 1001”,
de Johann Sebastian Bach y el primer movimiento de “Concierto para violín OP. 47” de Jan Sibelius, con la maestra Glenda Courtois al piano, suben al escenario Tadeo Nango, pianista, Luis Navarro, contrabajista, y Reona Sugimoto, baterista, para acompañar a la artista en “Suite para violín y jazz piano trío”.
Luis, padre de la violinista, desde el fondo vibra cada nota, sonríe en
todas direcciones con orgullo, mientras Mariana es centro del escenario, balance entre agilidad y sencillez.
Otra Sorpresa: Diego, un talento más de la familia. Ha compuesto para la
ocasión la obra “Piedras de Mar”, y este es el estreno. Ocupa lugar ante el piano y los hermanos dialogan musicalmente los movimientos Lapislázuli, Arena de ámbar y Esmeralda.
La recepción tras el concierto es una extensión de los repetidos aplausos;
están los amigos, el profesorado, la familia.
– Mariana, ¿Por qué escogiste estas piezas?
– Porque me gustan y siempre fue mi sueño tocarlas. Por eso lo dudé
y me costó tanto; al final se pudo, y eso me hace muy feliz.
– ¿Cómo te sientes respecto a la formación que has recibido en la UNICACH
desde la niñez?
— Siento que tuve una buena formación y todavía me falta, pero al menos
las bases técnicas las tengo, y eso ya es mucho.
– ¿Qué te falta?
– Experiencia
– ¿Qué planes tienes?
— Tocar mucho, distintos géneros y seguir avanzando. Me encantaría también
tocar en una orquesta.