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Ciudades de 15 minutos, ¿también en América Latina?

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DW

La crisis sanitaria mundial del coronavirus puso de relieve la importancia de la proximidad. Los confinamientos perimetrales que se decretaron durante la pandemia en numerosas ciudades limitaron los movimientos de los ciudadanos, que redujeron sus desplazamientos al área más cercana de sus viviendas.

En este contexto, el grupo de Liderazgo Climático C40 una coalición de ciudades que se han aliado para reducir las emisiones de carbono y adaptarse al cambio climático, adoptó el concepto de la ‘Ciudad de los 15 minutos’ ideado por el franco colombiano Carlos Moreno, asesor de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, expresidenta de esta organización internacional.

La idea propone que los ciudadanos encuentren en un radio de un cuarto de hora, ya sea a pie o en bicicleta, todos los servicios que les permitan vivir, trabajar, abastecerse, cuidarse, educarse y descansar, cubriendo así todas sus necesidades esenciales. Este modelo ha ido tomando fuerza en Europa y extendiéndose a otras ciudades del mundo, debido a los beneficios ambientales que comporta, como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, principales causantes del aumento global de las temperaturas.

«Ahora las ciudades se han vuelto una clave mundial frente la crisis climática, la crisis energética y de materias primas luego de la guerra de Rusia y Ucrania”, dice Moreno en entrevista con DW. Ante «la importancia de tener puntos de encuentro sobre el tema, presenté el Observatorio Mundial de Proximidades”. La iniciativa se dio a conocer a finales de junio, pero la web de esta nueva entidad, con sede mundial en París, y regional en Buenos Aires, entrará en funcionamiento en enero.

Esta iniciativa, que ya cuenta con el apoyo de Buenos Aires y Bogotá, es un paso más allá del director de la Cátedra ETI (Empresariado, Territorio, Innovación) de la universidad de la Sorbona, donde «lideramos todo este concepto de proximidades, ciudad de 15 minutos, territorio de media hora, que se ha convertido ahora en una cuestión mundial”. En América Latina lel tema está generando tal interés, que Moreno anunció un evento específico en la región: «Una cumbre latinoamericana sobre ciudades de proximidades en el primer trimestre de 2023, en Santiago de Chile, en cooperación de C40, el Observatorio Mundial de Proximidades y la cátedra de ETI de la Sorbona”.

«Es una sorpresa muy agradable ver que en América Latina ese concepto interesa a muchísimo más gente de la que yo pensaba, porque hay gente que lo hace sin referirse directamente, llamarme o buscarme, y lo implementan a partir del concepto y todas las herramientas que hemos desarrollado”, dice satisfecho, apuntando a ciudades líderes en esta cuestión, como Buenos Aires y Bogotá. «La alcaldesa de Montevideo también está muy interesada, ciudades colombianas que no me esperaba, como Montería, están en esta implementación. Igualmente, en Brasil, estuve con el alcalde de Curitiba, que está totalmente implicando en este tipo de desarrollo y ciudades argentinas más pequeñas como Santa Fe, con el alcalde, que está participe en el proyecto”, agrega, recordando que también ha sido solicitado en numerosas ciudades chilenas.

Un modelo que se amolda
«El encanto de este concepto es que no es una fórmula matemática ni una varita mágica. Es un marco de pensamiento de las ciudades y el territorio, para rexaminarlo sobre la base de cómo ofrecer un máximo de servicios en proximidades urbanas e interterritoriales a bajo carbono (CO2), que aumenten la calidad de vida, disminuyendo los largos desplazamientos. Entonces, se trata de repensar qué servicios se tiene y, sobre todo en América Latina, qué servicios no se tiene”, recalca.

Moreno lamenta la carencia de servicios. «Hay demasiados desplazamientos para tener cosas prácticamente primarias y esenciales como pueden ser la educación, la salud, las compras… Son situaciones de ciudades que no son sostenibles porque es imposible hoy día mantener ese ritmo de desarrollo”, subraya, lamentando que, a pesar de ello, las «ciudades continúan creciendo en el continente prácticamente más urbanizado del mundo”. Asimismo, recuerda que «la mitad ha crecido casi informalmente, o sea, sin servicios básicos”.

Por este motivo, considera que «el interés que ha tomado América Latina por ciudades de 15 minutos y territorios de media hora es una bandera para exigir, pedir, servicios de proximidad que son esenciales, que son básicos, y eso mueve a la gente y le da a los alcaldes una presión y al mismo tiempo una posibilidad de ejercer un mandato mucho más visible en términos de calidad de vida”.

No obstante, reconoce que, para ello, la región debe hacer frente a varias dificultades. «Tiene que ser una política urbana manejada por el sector público para que no se convierta en una iniciativa privada que va construir barrios de buena calidad de vida pero que se vuelven de nuevo segregadores porque simplemente la gente que tiene dinero que puede vivir en estos barrios”, afirma.

Igualmente aboga por políticas urbanas territoriales a mediano plazo. «Es una política de transformación que necesita hojas de ruta. Y, en América Latina, no es precisamente lo más acostumbrado: una hoja de ruta de 4,5 o 6 años”, dice, apuntando a transformaciones por parte de empresas y ciudadanos. «El trabajo que en América Latina está basado en el centro de las ciudades es cosa del pasado y hay que construir ahora centros de trabajo que se presenten en muchos lugares de la ciudad para disminuir esos grandes trayectos”, asegura. Y hace un llamado a la ciudadanía a aceptar dichas transformaciones, para que «deje de tomar el auto por unos kilómetros y metiéndose en atascos, creyendo que eso es la libertad”.

«Hay que vivir distintamente en estas ciudades”, zanja Moreno.

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