Milenio
ZOÉ ROBLEDO
El 17 y 18 de marzo pasado arrancó en Mérida, Yucatán, la Jornada Nacional de Perspectiva de Juventudes, un espacio plural e incluyente para dignificar y fortalecer la participación joven en el desarrollo del proyecto de Nación.
El 29 agosto se llevó a cabo el Segundo Encuentro Nacional de Autoridades Jóvenes para promover un espacio de coordinación entre autoridades jóvenes de todos los niveles de la Administración Pública Federal. Se trata de un esfuerzo encabezado por un provocador profesional para unir gente, mi paisano y amigo Guillermo Santiago, director general del Instituto Mexicano de la Juventud.
¿Y cuándo en Chiapas?, nos preguntamos con Memo y fue así como el fin de semana pasado en Tuxtla Gutiérrez y en San Cristóbal de Las Casas llevamos a cabo el foro “Las juventudes y los retos de la seguridad y vivienda”, organizado por el IMJUVE y en el que contamos con la presencia de Carlos Martínez, director general del Infonavit; Getsemaní Moreno Martínez, titular del Instituto de la Juventud del Estado de Chiapas en representación del gobernador Rutilio Escandón Cadenas; Carlos Morales Vázquez, presidente de Tuxtla, y el rector Carlos Natarén Nandayapa. Partimos con una pregunta: ¿somos iguales? Y aunque la Constitución dice que sí, la desigualdad social es una herencia del antiguo régimen.
Un modelo que para sostenerse concentró el 70 por ciento de la riqueza en el 1 por ciento de la población. Entonces si no somos iguales, entonces ¿qué somos? Yo sostengo que somos una suma de identidades, algunas fijas, otras que van cambiando. Somos nuestra identidad nacional, somos nuestra identidad regional y hasta municipal. Una identidad extraordinaria, porque nos permite defender algo que es el territorio, nuestro estado, nuestro pueblo. Pero hay una identidad que es obligatoriamente temporal: la edad.
Somos jóvenes durante un período específico de tiempo, y antes de serlo todos añoramos llegar a ese momento de la juventud que es el ideal de la libertad y después de serlo nada más los recuerdos y la nostalgia quedan.
Por eso en tiempos de la Cuarta Transformación de la vida pública del país debemos preguntarnos ¿Cuál es la aportación de los jóvenes en este momento? Muchas veces se habla de apatía y desinterés y eso es falso. Los jóvenes tienen muchos intereses que a veces no empatan con los intereses que está teniendo un gobierno, un movimiento o un partido político, pero intereses al fin y las instituciones tenemos que identificar esos intereses, esas necesidades, esas exigencias para hacerlas realidad. Y la seguridad social sin duda es una de ellas.
Platicamos con los jóvenes sobre todo lo que hace el IMSS para extender los beneficios de la seguridad social a más y más sectores que por mucho tiempo permanecieron al margen. Hablamos del Seguro Facultativo para estudiantes del nivel medio superior y superior, de aseguramiento de trabajadoras del hogar, de jóvenes construyendo el futuro, de trabajadores independiente y del outsourcing que costó al IMSS 300 mil millones de pesos.
Y a las y los jóvenes un mensaje: hay que ser libres, pero hay que garantizar la libertad de hoy y la libertad del mañana. Ser libre significa tomar decisiones buenas y conscientes, y desde luego poder ejercer nuestras libertades y todas nuestras identidades, ejercerlas a cabalidad y tener derecho al estudio y a la salud, pero ser libres también significa pensar en el futuro. La pandemia nos dio una gran lección.
El futuro es incierto, el futuro es como un callejón oscuro en el que uno va caminando sin saber qué va a surgir, pero el porvenir es otra cosa. El porvenir es ese espacio en donde las decisiones de hoy nos garantizan bienestar compartido para todos y para todas. https://www.milenio.com/opinion/zoe-robledo/que-hicimos/juventud-y-seguridad-social
