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Morena celebró este fin de semana 11 años de la conformación de su movimiento como asociación civil.
Esto permitió constituirse como un partido político en 2014 y posteriormente ganar la presidencia y 22 gubernaturas en un tiempo récord.
La ola de popularidad de Andrés Manuel López Obrador fue pieza clave para que esto ocurriera.
Pero, a dos años de que deje el cargo y en medio de la adelantada contienda para sucederlo, el partido ejecutó un cambio en su estructura interna que no es irrelevante: darle voz y voto en órganos de dirección a las y los Gobernadores actualmente en funciones.
Esta reforma a los estatutos se aprobó el pasado 17 de septiembre, durante el Tercer Congreso Ordinario.
De acuerdo con Juan Pablo Navarrete, investigador especializado en partidos de izquierda, responde a la urgencia de contener divisiones o pugnas internas.
“Cuando la situación de la política interna requiere de más control, lo que nos ha dejado la historia electoral del país, es que los gobernadores han cumplido una función de tener esa capacidad de negociación. Y por eso, insisto, en que la llegada de los Gobernadores al Consejo Nacional no es nada menor.
Es un cambio muy importante, que lejos de que sea para beneficiar a un candidato o candidata, lo que sí va a producir al interior del Consejo Nacional es una capacidad de cohesión, que a lo mejor le está faltando al partido ahorita. No es lo mismo que esté un personaje con un corte legislativo u organizativo, a que te llegue un gobernador con toda su estructura”.
El papel de los gobernadores
El especialista afirma que la figura de los gobernadores juega un papel clave en el procesamiento de acuerdos.
Por ejemplo, el PRI la empleó tradicionalmente para seleccionar a su dirigente nacional, debido a la concentración de poder que ostenta.
Otro de los cambios avalados en el Tercer Congreso de Morena impactó al Comité Ejecutivo Nacional (CEN), ya que implicó la reducción de sus carteras de 21 a sólo 12.
Pero más allá de los nuevos perfiles que arribaron, Navarrete detecta que este ajuste también apunta a contener las facciones, pues los grupos más pequeños de poder serán excluidos para dejar en el tablero únicamente a los más consolidados.
“Es más fácil negociar o es más fácil convencer a menos personas que a más. Por ejemplo, en Morena detectamos un problema organizativo, así le llamamos los politólogos, o un problema de una institucionalización débil. Es decir, una institucionalización en la que imperan los problemas internos, las pugnas y el enfrentamiento entre lo que nosotros definimos como ‘facciones’.
Es curioso, porque ese era un problema muy importante en el PRD, y no está por demás recordar que muchos de los miembros de Morena provienen de ese partido; entonces, no pareciera que no solamente se vinieron con ellos sus estructuras, sino también sus prácticas.”
Para el experto, la división interna, tan encarnada y pública, Morena la heredó del PRD. Sin embargo, si desea retener la presidencia en el 24, el partido necesita llegar unido a las elecciones.
Ante tal premisa, Mario Delgado, dirigente nacional, quién prolongó su periodo al frente del partido, urdió cambios determinantes al interior de Morena.
¿Dados cargados?
Del Consejo Político Nacional, ahora formado por dirigentes estatales, secretarios generales, gobernadores y liderazgos del partido saldrá el proyecto de Nación 2024-2030.
Un proyecto al que debe ceñirse cualquier aspirante a la candidatura presidencial.
Este órgano quedó a cargo de Alfonso Durazo, un personaje muy cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Además, ha expresado su simpatía por Claudia Sheinbaum al igual que otros mandatarios del Movimiento.
Aunque la evidencia indica que la Jefa de Gobierno se fortaleció al interior del partido, este factor no es el único que determinará el futuro próximo.
Navarrete, Doctor en Ciencias Sociales, quien estudia a Morena desde antes que se integrara al sistema de partidos, advierte que el grupo operador del Canciller Marcelo Ebrard quedó acotado tras las reformas a los estatutos.
No obstante, observa que esto no significa una derrota anticipada. Así lo explica:
“Sí parece claro una parte de alineamiento de los legisladores y de los propios Gobernadores con la jefa de Gobierno. No sé si sea por la empatía de la política interna o porque comparten espacios comunes, pero los activos del Secretario son más de alcance internacional; derivan de la exposición que el Gobierno Mexicano ha tenido desde el enfrentamiento con Donald Trump.
Las negociaciones con el tema del nuevo Tratado de Libre Comercio y hasta las vacunas, entre otros. Entonces, la ruta que están trazando estos dos aspirantes a la candidatura presidencial de Morena, o de la coalición que Morena vaya a establecer, pues tiene activos diferentes”.
A corto plazo, dice Navarrete, dependerá de estos dos personajes el resultado final. Por ello, será decisivo el éxito con el que lograron capitalizar su exposición: interna y externa.
Las cartas están tiradas y la dirigencia de Morena ya definió y atendió sus prioridades como partido tras el reciente proceso de renovación.
Las y los gobernadores robustecieron su presencia y, en teoría, deberán evitar el caos y la división.