Sin Embargo
La iglesia católica de México señaló que el asesinato del guía de turistas y los dos sacerdotes jesuitas, ocurrido el pasado 20 de junio al interior de una iglesia en Cerocahui, “se sumó a otros tantos miles de muertes violentas en México”.
Ciudad de México, 25 de septiembre .- La iglesia católica de México denunció la “falta de verdad y de acceso a la justicia” a tres días de que se cumplan poco más de tres meses del asesinato de un guía de turistas y dos jesuitas en Cerocahui, Chihuahua.
Sin embargo, aseguró que a pesar de ello ha llegado “con una fuerza renovada y de deseo fortalecido para construir la paz“.
“Se siente amenazante sobre nosotros la losa de la impunidad y la condena al olvido; pero la muerte de los justos nunca puede ser sellada por esa losa, porque su muerte siempre se transforma en reclamo de justicia y fermento de paz, porque sus vidas no se pueden olvidar, se vuelven todos sus actos y palabras un memorial”, dijo en su editorial publicado Desde la Fe.
Señaló que el asesinato de las tres personas en Cerocahui “se sumó a otros tantos miles de muertes violentas en México” y aunque sus cuerpos fueron sustraídos por personas armadas, a los pocos días se lograron recuperar. “Cosa que no sucede desafortunadamente para miles de familias”, añadió.
“El pueblo de Cerocahui pudo sepultar a sus padres asesinados, pero la muerte de éstos ha sido fermento de paz, de indignación, y reclamo de justicia del pueblo de México ante las muertes violentas y la impunidad, que para este caso particular se cumplen 100 días, pero se suma a muchos más días de injusticia e impunidad”.
La iglesia mencionó que el pasado 21 de septiembre, fiesta del Apóstol Mateo y Día Mundial de la Paz, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Religiosos y Religiosas de México y los Jesuitas, presentaron los Conversatorios por la Paz, una iniciativa que “llama a dialogar a familias, vecinos, amigos, compañeros, escuelas”.
Indicó que toda comunidad está invitada a participar en esta iniciativa que se suma a otras tantas que han pasado en estos 100 días. “Sentimos el llamado a seguir abriendo las puertas de nuestros templos para acoger y consolar; nos sentimos llamados a hablar fuerte, a unir y a dialogar, a orar con insistencia por la justicia y la paz”.
El próximo 28 de septiembre se cumplen 100 días de asesinato del guía de turistas, Pedro Palma, y de los sacerdotes jesuitas, Javier Campos y Joaquín Mora, en un templo del norte de México.
Campos Morales, de 79 años, y Mora Salazar, de 80, tenían más de cinco décadas en la Compañía de Jesús. Los dos jesuitas eran parte del equipo de religiosos y laicos que están en la Sierra de Tarahumara, donde realizaban trabajo social y pastoral desde hace varias décadas, el cual incluía fortalecer la cultura de la comunidad indígena tarahumara y la preservación del medio ambiente.
Desde su asesinato, la Compañía de Jesús demandó a las autoridades que adopten medidas inmediatas para asegurar la vida de los religiosos de la comunidad de Cerocahui que, aseguraron, enfrenta “condiciones de violencia y olvido” de parte del Estado.
José Portillo Gil, alías “El Chueco”, presunto líder de una célula del narcotráfico vinculada al poderoso grupo criminal de Los Salazar que está asociado al Cártel de Sinaloa en Chihuahua, es señalado como presunto responsable del homicidio de los dos sacerdotes jesuitas y el guía de turistas en junio pasado.
Por ello, las autoridades anunciaron un amplio despliegue de las fuerzas de seguridad en la sierra de Tarahumara para capturar a “El Chueco”, quien a pesar de tener desde hace varios años orden de captura, se paseaba por las calles de Cerocahui con absoluta impunidad e incluso patrocinaba un equipo de beisbol local.
El Fiscal General de Chihuahua, Roberto Fierro Duarte, informó que Portillo Gil patrocinaba un equipo de beisbol de Cerocahui, y que la derrota de su conjunto lo llevó a atacar el lunes a un habitante del poblado y su hermano. Horas después de ese hecho, “El Chueco” tuvo una discusión con el guía turístico, Pedro Palma, a quien luego de perseguirlo hasta un templo lo asesinó junto a los dos sacerdotes y después se llevó los cuerpos, los cuales fueron localizados por las autoridades.
Además, Portillo Gil es señalado desde 2018 como el principal sospechoso del homicidio del profesor estadounidense Patrick Braxton-Andrew, quien según las autoridades fue asesinado a balazos tras ser confundido con un agente de la Administración de Control de Drogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés).
Por información que lleve a su captura se ha ofrecido una recompensa de cinco millones de pesos. Hasta la fecha no ha sido detenido.