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Los mejores manuales de autoayuda son los autores clásicos: Emilio del Río

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Gaceta UNAM

Los clásicos son divertidos, son estimulantes, son imaginativos, son inspiradores y nos ayudan para la vida, afirma Emilio del Río, profesor de la Universidad Complutense de Madrid.
Durante miles de años la humanidad los ha leído con fervor, añade en entrevista con Gaceta UNAM. “La buena literatura te sirve para la vida. Los mejores manuales de autoayuda son los autores clásicos: Marco Aurelio, Séneca y Cicerón. Nos ahorraremos mucho dinero y tiempo si leemos a los clásicos en lugar de tanto charlatán de autoayuda que hay”.

Leer a estos autores nos ayudará a comprender más el mundo que nos rodea, acota. “A entender mejor lo que pasa y por qué nos pasa. Nos permite tener más capacidad de crítica y, por tanto, en esa medida, nos da la posibilidad de ser más libres”.

La libertad es la capacidad para decidir. Precisa que “los grandes escritores de Grecia y Roma, en los que se basan nuestra cultura, lengua y manera de entender el mundo, la vida y nuestras formas de comunicación, nos sirven porque nos permiten ser más libres”.

Divertidos
Los clásicos son divertidos, insiste, “porque Platón, Aristófanes y Tito Livio cuentan historias amenas, viajes, batallas, amor”.

Vibramos con West side story, cuenta, “con la versión que ha hecho Spielberg. Lo que no sabemos es que ese relato está basado en Shakespeare, en Romeo y Julieta, en la vida de los Montesco y los Capuleto. Shakespeare, quien era un tipo listísimo que veía dónde estaba la historia y dónde confluían el drama y la comedia; se basa a la vez en un mito del gran poeta latino Ovidio, que aparece en Las metamorfosis de este autor, en el mito de Píramo y Tisbe”.

Shakespeare ubica la historia de Romeo y Julieta en Verona, una ciudad italiana de donde procede Catulo, expone. “¿Y quién es Catulo?, pues es uno de los líricos más importantes de la literatura, el poeta del amor por excelencia, del amor libre”.

Tenemos una necesidad genética de contar historias, dice. “Desde que estábamos en las cavernas y salían parte de los miembros de la tribu a cazar. En la puerta de la cueva pintaban algo en las paredes. Desde ese entonces tenemos necesidad de narrar historias. Ellas nos hacen reflexionar sobre el bien y el mal, acerca de la amistad y el amor”.

Afirma que los clásicos grecolatinos dan forma a todas nuestras maneras de comunicación: desde la filosofía, la historia, la oratoria, el drama, la comedia, la fábula el cuento, la leyenda, hasta la novela rosa, que la escribe un griego. “Incluso el periodismo, y tú dirás: ¿cómo el periodismo? Pues Kapuscinski –el polaco, un periodista que recibió el Premio Príncipe de Asturias– dice que Herodoto fue de los primeros periodistas. Los clásicos crean todas estas formas de comunicación en ese momento mágico de la historia, que es el de las civilizaciones griega y grecolatina”.

En Locos por los clásicos, “me dicen: has hecho un libro divertido, pero es que no tiene mérito, porque los clásicos mismos ya son divertidos. Hay una máxima romana que es docere delectando, que significa enseñar deleitando; eso es lo que pretendo, pero los clásicos lo hacen también por sí solos.”

Su libro está hecho “para los que no tienen ni idea del mundo clásico, que nunca han leído a Homero ni a Virgilio. Se van a reconciliar con esos autores después de leer Locos por los clásicos. Es también un texto para aquellos que sí los han leído, con la idea de que vuelvan a disfrutar de ellos”.

Emilio del Río tiene amplia presencia en las redes sociales y en pódcast. Considera que éstas son como las palabras o como los cuchillos. “Un cuchillo sirve para cortar la comida y gracias a eso podemos comer, pero también sirve para matar. Las palabras sirven para hablar, para entendernos, para enamorar a alguien, pero también para insultar. Las redes sociales lo mismo. Pueden ayudar a hacer el bien o el mal, es como la vida misma. Yo transito con tranquilidad por las redes sociales e intento compartir mi entusiasmo y mi conocimiento. Hay que hacerlo con una gran máxima de los clásicos, que es carpe diem, que quiere decir buscar el lado positivo de la vida”.

Emilio del Río conversó con alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras y presentó su libro Locos por los clásicos en la Casa Universitaria del Libro.

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