Contra Línea
Ginebra, Suiza. El número de personas desplazadas por las guerras, la violencia, la persecución y las violaciones a los derechos humanos alcanzó a 100 millones el pasado mayo, indicó el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en un informe presentado este jueves 16.
“En la última década, las cifras se han incrementado cada año. Si la comunidad internacional no se une para emprender acciones que permitan atender esta tragedia, o bien para resolver conflictos y encontrar soluciones duraderas, esta terrible tendencia continuará”, dijo el máximo responsable del ACNUR, Filippo Grandi.
Al cierre de 2021 las personas que debieron huir de sus pueblos y hogares ascendía a 89.3 millones, ya entonces el nivel más alto de que se tenía registro, 8 por ciento por encima de la cifra de 2020 y el doble del número de desplazados hace 10 años.
Desde entonces, la invasión rusa de Ucrania –que desencadenó una de la crisis de desplazamiento forzado de mayor magnitud y rápido crecimiento desde la Segunda Guerra Mundial– y otras emergencias, desde el continente africano hasta Afganistán y en otros países, hicieron que la cifra supere el dramático hito de 100 millones.
La agencia citó un reporte del Banco Mundial, según el cual el año pasado se caracterizó por el número de conflictos nuevos que surgieron y la cantidad de conflictos ya existentes que se exacerbaron.
En total, 23 países, cuya población en conjunto suma 850 millones de personas, experimentaron conflictos de intensidad media y alta.
Al mismo tiempo, la escasez de alimentos, la inflación y la crisis climática han acentuado las dificultades de la población y añadido más presión a la respuesta humanitaria, en un momento en que se complica el panorama de financiación de muchas situaciones.
El número de personas refugiadas aumentó a 27.1 millones en 2021, con masivas llegadas Uganda, Chad y Sudán, entre otros países, a raíz de conflictos y ataques masivos sobre la población civil en vecinos como la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Nigeria, Etiopía y Sudán del Sur.
La mayor parte de las personas refugiadas fueron acogidas por países vecinos con pocos recursos.
Así, en Turquía hay 3.8 millones de refugiados, en su mayoría sirios, en Colombia 1.8 millones de migrantes y desplazados desde la vecina Venezuela, en Uganda 1.5 millones, provenientes de la República Democrática del Congo, y en Pakistán un número similar, de quienes han huido de Afganistán.
Líbano acogió al mayor número de personas refugiadas per cápita (una por cada ocho habitantes), seguido de Jordania y Türkiye. En relación a su población, las islas holandesas de Aruba y Curazao han acogido al mayor número de venezolanos desplazados en el extranjero (uno por cada seis y por cada 10, respectivamente).
En otra categoría de desplazados, el número de solicitantes de asilo llegó a 4.6 millones en 2021, un incremento de 11 por ciento. De los 1.4 millones de nuevas solicitudes, los países que más recibieron esos pedidos fueron Estados Unidos (188 mil 900), Alemania (148 mil 200), México (132 mil 700), Costa Rica (108 mil 500) y Francia (90 mil 200).
El año pasado se vio también que, por decimoquinto año consecutivo, el número de personas desplazadas en el interior de sus propios países se mantuvo al alza hasta llegar a 53.2 millones.
Este incremento se debe al recrudecimiento de la violencia y los conflictos en algunos lugares, como Myanmar, Etiopía, Chad, Burkina Faso y Afganistán. Desde el pasado febrero millones de personas se han desplazado en el interior de Ucrania.
El ACNUR subrayó que la velocidad y la magnitud del desplazamiento forzado siguen superando las soluciones disponibles para las personas desplazadas, como el retorno, el reasentamiento y la integración local.
Hay sin embargo atisbos de esperanza, porque en 2021 también aumentaron los retornos de personas refugiadas y desplazadas internas, volviendo a niveles anteriores a la Covid-19: retornaron 5.7 millones de personas, de las cuales 5.3 millones desplazados internos y 429 mil refugiados.
“Aunque somos testigos del surgimiento de nuevas y estremecedoras situaciones de refugiados, al tiempo que otras se reactivan o continúan sin resolverse, también hay ejemplos de países y comunidades que trabajan coordinadamente para encontrar soluciones en favor de las personas desplazadas”, dijo Grandi.
Por su parte, el director de la oficina de Acnur para América, José Samaniego, elogió “los esfuerzos de los países de la región para regularizar, brindar protección e integrar localmente a estas personas”.
“Son ejemplos de solidaridad que requieren mayor apoyo de la comunidad internacional. De todas las personas refugiadas y desplazadas por la fuerza en el mundo, la quinta parte se encuentra en las Américas”, dijo Samaniego.