* La deficiente educación que se recibe, tanto a nivel social como en el académico, es uno de los factores que no permiten combatir este fenómeno, destacó
MANUEL MONROY
Erika Sosa Peña, chiapaneca experta en Derechos Humanos reveló que siete de cada diez mujeres sufren violencia durante la etapa del noviazgo. “Lamentablemente de este universo, sólo 4 por ciento denuncia los hechos y desciende dramáticamente el porcentaje de quienes reciben un castigo”.
En entrevista, informó que las penas para los que cometen este delito han sufrido algunas modificaciones en las leyes respectivas, empero, en la práctica todo es distinto, “pues las autoridades no manejan estos casos con perspectiva de género, en otras palabras, se revictimiza a la víctima”.
Sobre este particular afirmó que al no existir capacitación de los Ministerios Públicos para proporcionar apoyo, contención y comprensión a las afectadas, lo que hacen en la mayoría de las denuncias es que terminan juzgando. “Esto lleva a muchísimas féminas a no desear continuar con el proceso”, señaló.
Aseguró que ante el escaso respeto que hay de los derechos humanos en México, incluido Chiapas, las denuncias surgen en prácticamente todos los rubros tales como el laboral, violencia de género, interpersonal, verbal, económica, religiosa, cultural, cibernética, entre otras.
Sosa Peña consideró que una de las situaciones que propicia le elevación de los índices del nulo respeto a los derechos, es la deficiente educación que los mexicanos reciben. “Todo parte de una sexualidad integral, es decir, es en este campo donde debemos darnos cuenta que somos seres integrales y que por lo mismo es erróneo dar una connotación sexual al ver un desnudo”.
Aseveró que la anatomía debe naturalizarse, o sea, ver unos senos o un pene como cuando se observa una mano o los pies. “Mucha violencia que se sufre en la etapa del noviazgo tiene que ver con la falsa idea del amor romántico que han inculcado a las mujeres desde hace muchos años”, dijo.
Lamentó que la mayoría de los casos tengan que llegar al extremo para que una mujer se atreva a denunciar. “El último recurso que tiene quien violenta es la agresión física, pero antes ya hizo experimentar a su contraparte la violencia psicológica, económica, emocional, entre otras”.
