Claudia Macías, ornitóloga de la organización Pronatura alertó sobre las nuevas prácticas que llevan a cabo cazadores furtivos, quienes se ha detectado que en los últimos meses capturan pericos de diversas especies cuyas cabezas las tratan con agua oxigenada para que se les amarillezcan las plumas y los hagan pasar de la variedad loros “cabeza amarilla”.
Abordada sobre esta práctica ilegal, la especialista detalló que la demanda de dicha ave es alta, debido a que son los que con más facilidad imitan la voz de los humanos. “La familia Cabeza Amarilla se encuentra en peligro de extinción por lo que es difícil hallarlos, ante lo cual quienes se dedican a capturar aves, buscan las más parecidas para hacerlas pasar como del referido linaje”.
La estudiosa y defensora de los psitácidos (loros y papagayos) recordó que las 22 especies de plumíferos existentes en nuestro país están protegidos por la Ley, pues la mitad de ellas tienen riesgo latente de desaparecer. “Por ello la importancia de crear en la población una cultura de protección hacia esta fauna, que no pueden criarse como si fueran mascotas”.
Lamentó que debido a esta situación, quienes viven de esta actividad, capturan al perico verde y lo someten a tratamiento con agentes corrosivos, como peróxidos y cloro, lo cual provoca el decoloramiento de su plumaje, incluida la cabeza, la cual adquiere un tono amarillento y así es como las hacen pasar como su fueran de la especie en peligro de extinción.
Macías Caballero reveló que las tareas de captura de los pericos no son sencillas, por lo que según estimaciones se sabe que por cada ave que se logra comercializar, al menos ocho más murieron en el proceso, es decir, desde el momento en que se atrapan, encierran, trasladan y entregan al interesado, quien la mantendrá encerrada por el resto de su vida.
Según datos de Naturalista.com, la pérdida y transformación de hábitat del loro cabeza amarilla, así como la gran demanda que existe en el mercado nacional e internacional, han ocasionado una reducción alarmante de sus poblaciones silvestres en el país.
Destaca que con base en los estudios de campo que existen para esta especie en México se sabe que su rango de distribución se ha contraído significativamente en los últimos veinte años y es de esperarse que sus poblaciones se encuentren actualmente más fragmentadas y en hábitat degradados, existiendo solamente poblaciones pequeñas y aisladas en diversas partes de su rango histórico.