• El Coneculta presentó un altar tsotsil del municipio de Zinacantán
Ciudad de México.- El Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas (Coneculta) tuvo una representación especial en la celebración tradicional del Día de Muertos, en el Zócalo de la Ciudad de México, en la «K’in Santo o Fiesta de las almas», organizado por la Secretaría de Cultura del Gobierno Federal.
El Coneculta, a través del Centro Estatal de Lengua, Arte y Literatura Indígena (Celali), propuso la participación de los pueblos originarios del municipio de Zinacantán como pueblo tsotsil.
Esta celebración de todos santos, es considerada como una tradición milenaria en Mesoamérica y distintiva de los pueblos y comunidades de Chiapas, que en el año 2003 fue declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco y símbolo de nuestro culto a la muerte; un recordatorio de la vida y de la necesidad por mantener vivas nuestras tradiciones.
Cabe mencionar que hay algo en común en las diversas culturas de México de esta celebración, como son las ofrendas, desde las bebidas, la comida, las flores, el incienso, las velas y veladoras, y sin faltar el posh o aguardiente en honor a los fieles difuntos, el cual es ofrecido junto con los alimentos, mismos que constituyen parte principal de esta celebración; ofrendas que se deben de consentir a las almas que vienen al mundo de los “vivos” para convivir y compartir las penas y alegrías nuevamente durante la visita con los seres queridos.
Para este evento se realizó una muestra de altar de muertos con las características propias y representativas del pueblo tsotsil de Zinacantán. Primeramente, se instaló una cruz adornada con flores como se acostumbra en cada hogar tsotsil, después una mesa con las ofrendas desde diferentes frutas, bebidas como el pox, el atol agrio, café, pan y la comida tradicional de carne ahumada con tortillas hechas a mano; adornada también con flor de muerto o cempasúchil y juncia, velas y veladoras.
También se instaló una tumba que representa el campo santo o panteón donde también se ponen frutas, velas, veladoras, flores y juncia que son sahumados con el incensio para purificar la ofrenda.