Once Noticias
Omar García formó parte de las acciones que iniciaron tras los ataques de la policía, a noche del 26 de septiembre de 2014
Omar García fue uno de los sobrevivientes de la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando desaparecieron a 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Guerrero.
Poco a poco fue integrándose a las filas del Estado. Ahora Manuel Vázquez, nombre real de Omar, es parte de la Cámara de Diputados, donde fue elegido de manera
plurinominal.
Fueron muchos los sobrevivientes de esa noche y aunque él no iba en los camiones sí formó parte de las acciones que iniciaron tras los ataques de la policía.
Once Noticias conversó con Omar García para saber cómo ha cambiado su vida desde la noche de Iguala.
¿Existe algún vínculo con el movimiento de los estudiantes desaparecidos? No, el vínculo se rompió desde hace mucho tiempo, nosotros seguimos vinculados como colectivo nacional de sobrevivientes. Hemos participado en manifestar nuestra posición
porque somos testigos vivos, pero con el movimiento como tal no. Porque la relación entre familiares y sobrevivientes nunca fue. Desquitaban su dolor, desde el hecho de haber sobrevivido nos reclamaban.
Nosotros aguantamos y seguiremos aguantando porque nosotros no estamos ni por los familiares, ni por los estudiantes de Ayotzinapa actuales o los del pasado. Estamos por los chavos que nos faltan, y vamos a seguir aguantando los reclamos de quienes vengan, nosotros tenemos una conciencia social firme y no nos rajamos ante todo amigo o enemigo.
Tras venir de la lucha social, ¿cuál es el papel que hoy te toca cumplir?
Cuando salí de mi comunidad en Guerrero, varias personas se molestaron porque tenía chance de salir a estudiar, gracias a que una hermana de Estados Unidos me ayudó.
Incluso mis hermanos menores se quejaron de que a ellos no les daban la misma oportunidad.
Cuando viene lo de Ayotzinapa me convierto en dirigente y tengo un cargo en Ayotzinapa y luego a nivel nacional y eso causa envidia en los compañeros. Luego me vengo a Ciudad de México y hay interpretaciones de que yo aproveche y use de trampolín
Ayotzinapa y que alguien me pagaba la escuela.
Nadie entiende de razones, porque sí hay una desigualdad en la cual estamos todos. Si fue por dignidad o por principios como dicen, yo no hubiera salido de mi comunidad.
Repito sigo vinculándome con organizaciones sociales de víctimas y de más, porque lo que hacemos aquí y lo que gastamos será para organizar las mesas de trabajo y de más.
Yo no vengo a ‘enternecerme’ en este lugar, cuando termine mi tiempo me voy, para que otros muchachos puedan seguir.
¿Cambiaron tus ideales en el transcurso de estos años?
Del movimiento social nos pasamos a esta otra trinchera, la lucha electoral. Los ideales no cambian, cuando llegamos aquí, traemos los mismos ideales pero no los mismos dogmas, los que se quedan con sus dogmas y cree que sólo hay un camino o una sola forma de lucha, son los que critican. Para mí es mucho más valioso estar en esta trinchera que estar en donde siempre.
Si ya vimos que de una manera no se puede, pues inténtanos de otra y si no se puede, pues de otra y que se nos vaya la vida en ello.
Se me puede calificar de traidor, y eso lo han hecho siempre, si hay alguien que este haciendo algo mejor que yo y que no sea ir dos o tres días a dar clase a la comunidad y luego retirarse porque va a un marcha o un plantón, que digan quiénes son. Los que más hablan son lo que menos hacen por la lucha de Ayotzinapa».
¿Cómo es la lucha desde la Cámara de Diputados?
Estamos empezando, estamos como niños en la escuela, en la novatada misma de Ayotzinapa.
Todavía estamos entendiendo las reglas, la dinámica y toda la técnica parlamentaria que eso implica, pero somos los que aprendemos rápido y le estamos buscando a los movimientos sociales porque eso sí seguimos vinculados a los movimientos sociales porque de ahí provienen nuestras agendas.
El caso Ayotzinapa es calificado un crimen de Estado, ¿te causa algún conflicto pertenecer a ese mismo Estado?
No, ¿por qué sería así?. El Estado se conforma por un territorio, una población y un gobierno, en todo caso también la población es parte del Estado, de ahí viene la gente que luego conforma los gobiernos y las instituciones, no los traen de China o de la Luna.
Toda esa gente proviene de la sociedad, entonces somos partícipes y cómplices de lo que pasa arriba. No sé, habría que analizarlo en otro diálogo, pero no me siento responsable, de hecho tengo unos planteamientos porque yo siempre he sido muy
autocrítico.
Tendríamos que ver también qué tipo de responsabilidad política le toca a nuestra organización estudiantil por lo que ocurrió aquella noche, pero soy el único loco que lo ha manifestado para la atención a la verdad.
Para Omar García, aquella noche del 26 de septiembre de 2014 hubo participación del Ejército, “fue el Estado y tenemos que resolver el caso en este sexenio, y si no tenemos que seguirle”, por lo que consideró que políticamente debe continuar la lucha
por los casos de impunidad del país.
Pero si a la primera nos ponemos a patalear como lo hacen lo hace la derecha, pues estamos jodidos. Veamos nuestra conveniencia política y si este transformación continúa, el caso podrá seguir siendo investigado”.