Jeny Pascacio/SINFUERO
Arriaga. Una larga fila de personas esperaba dar el último adiós al aguerrido activista Sinar Corzo Esquinca, a quien arrebataron la vida en la esquina de su casa, cuando regresaba de comprar cigarros.
«Fueron sicarios», dijo la familia de Sínar. «Fue solo una bala que le entró por la aorta y lo hizo desangrarse muy rápido».
El jueves 3 de enero, el activista se reunió con el alcalde de Arriaga, David Parada Vázquez, para solicitar seguridad en un tramo carretero de la comunidad La Línea.
La reunión se realizó sin contra tiempos, posteriormente Sinar regresó a su casa, donde vivía con uno de sus hermanos. Su familia había llegado de visita. Horas más tarde salió para realizar actividades de su rancho.
Cuando volvía, justo en la esquina de su casa fue alcanzado por personas a bordo de una motocicleta para darle el disparo que culminaría con su vida, informó la Fiscalía General del Estado de Chiapas.
El asesinato ocurrió a las 21:45 horas, aunque pasaron dos horas para que el cuerpo de Sínar fuera levando por las autoridades correspondientes, para realizarle una autopsia que tuvo tres horas de duración.
“No sabemos de dónde vino el ataque. Personas de gobierno nos hablaban y pedían que platicáramos con él para que parara sus denuncias y su activismo”, aseguraron los hermanos Corzo Esquinca.
Sínar, recibía amenazas constantes vía telefónica, “alguna vez escuchamos que atendió una llamada para amedrentarlo y él respondió: Sabes donde vivo, haz lo que tengas que hacer”.
Mi primo Sinar Corzo pagó con su vida años y años de confrontar al sistema, dijo la bailarina Sofía Corzo.
“Sínar vive, la lucha sigue”
Sínar Corzo, tenía de 60 años de edad. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Metropolitana de Xochimilco. Fue nieto del Sinar Corzo Espinosa, Coronel del Ejército Mapache en Chiapas, y sobrino del reconocido pintor, César Corzo.
Durante su vida, los caballos fueron parte importante, lo que lo llevó a profesionalizarse como Equinólogo. A la par de su activismo, también fue defensor de los animales y era propietario de un centro de equinoterapia en el municipio de la costa chica de Chiapas.
El viernes 5 de enero, los restos de Sínar Corzo Esquinca fueron velados en su casa y enterrados en su pueblo, Arriaga. Al sepelio acudieron cientos de personas para darle el último adiós entre consignas, como: “Sínar vive, la lucha sigue”.
El 6 de enero, su familia hizo pública una carta donde agradecieron la solidaridad de la sociedad e hicieron un llamado a las autoridades para que se haga justicia. “Sabemos que en cada voz que se alce frente a una injusticia, ahí estará Sínar”.
«Sínar, murió como quiso, murió luchando».
“Es un crimen de Estado”
El activista y comunicador, Luis Arvey Cruz, trabajó de la mano con Sínar Corzo Esquinca. En el 2015 la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió la Recomendación 18/2015, dirigida al entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello y a los integrantes del ayuntamiento de Arriaga, por violaciones al derecho a la libertad personal, a la defensa, a la seguridad jurídica y al trato digno contra de Sínar Corzo y Luis Arvey Cruz.
En agosto de 2013, ambos activistas encabezaron una manifestación pacífica para solicitar agua potable para una colonia de la ciudad costera de Arriaga. Existe evidencia en videos en las redes sociales, cuando el entonces alcalde, Noé López Duque de Estrada, ordenó el encarcelamiento de los activistas, a quienes mantuvo incomunicados por 24 horas.
Fue hasta el 2015, que la Comisión condenó los hechos y recomendó integrarlos a los Mecanismo de protección para personas defensoras de los derechos humanos y periodistas. “Pero la Comisión no presionó para que se cumpliera, ni el gobierno del estado quiso cumplirla nunca”, lamentó Luis Arvey.
Cuando se intensificaron las amenazas de muerte en noviembre de 2017, ellos mismos solicitaron las medidas ante el Mecanismo, pero “nunca nos atendieron, apenas hoy recibo una llamada de Jorge Ruíz, del Mecanismo para que me incluyan. Es una burla”.
En este momento desconfiamos de todos, aseguró el activista, “responsabilizamos al Estado, porque es un crimen de Estado, sin lugar a dudas”.
Activistas van contra Velasco
Desde el 2017, Sínar Corzo, comenzó a alzar nuevamente la voz. Esta vez para asegurarse que el apoyo a los damnificados por el terremoto del 7 de septiembre llegara a su destino. Confrontó al gobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, de quien ya había recibido amenazas de encarcelamiento si no dejaba en paz el tema de la reconstrucción, denuncia que hizo pública el mismo activista.
Asimismo, había recibido amenazas por un grupo de choque de la comunidad La Línea, municipio de Arriaga, debido a que inició una serie de demandas para solicitar pavimentación, seguridad y rechazo total por la llegada de la empresa Bachoco a la pesquería del lugar.
“Estamos preocupados y bastante consternados por el asesinato de Sinar, hemos solicitado a las autoridades que se castigue a los responsables. Consideramos y responsabilizamos directamente al gobierno de Manuel Velasco Coello, por amenazas de muerte, desprestigio en medios, porque antes de asesinarlo se habían realizado diversos ataques”, dijo el representante de la Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa-Tonalá, Nataliel Hernández Núñez.
Destacó que el asesinato de Sinar Corzo, se trata de un mensaje para todos los que alzan la voz contra el Estado y exigen justica, y enfatizó que deben incluir en la investigación a los secretarios de gobierno desde Eduardo Ramírez Aguilar hasta Juan Carlos Gómez Aranda.
Dijo, además, tienen responsabilidad el entonces Fiscal General, Raciel López Salazar, y el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Juan José Zepeda Bermúdez.
Nataliel Hernández, reiteró que se unirán como activistas y defensores de los derechos humanos y exigirán justicia al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas.
Este jueves 10 de eneroa las 16:30 horas en arriaga, la familia y activistas realizarán una marcha para exigir #justiciaparasínarcorzo