Eme Equis
El presidente bien podría cantarle al reemplazo de Olga Sánchez Cordero el verso “te pareces tanto a mí”: el nuevo operador de la política nacional es un expriísta, experredista y ahora morenista que hizo política en Tabasco y que le gusta “macanear”.
Adán Augusto López ya prepara sus maletas para dejar Tabasco e instalarse en las oficinas que a partir de hoy desaloja Olga Sánchez Cordero. El presidente Andrés Manuel López Obrador lo ungió como el próximo secretario de Gobernación.
A través de un mensaje transmitido en televisión y redes sociales, el mandatario mexicano dio la bienvenida al gabinete al abogado de 57 años, quien viajó a la Ciudad de México para el anuncio oficial y aseguró que volvería esta misma tarde a la ciudad de Villahermosa para pedir licencia al cargo de gobernador.
“Le agradezco mucho, señor presidente, me honra la invitación”, dijo el nuevo funcionario de la 4T en Palacio Nacional con Olga Sánchez Cordero a su lado. “Es un compromiso que acepto y voy a poner todo mi empeño”.
Adán Augusto López abandona el puesto de mandatario estatal con sólo 968 días en el cargo. Desde el 1 de enero de 2019 se desempeñaba como gobernador de Tabasco y se preveía que la encomienda que le dieron 732 mil 743 tabasqueños con su voto terminaría en 2025.
Sin embargo, a menos de la mitad de su sexenio, Adán Augusto López va a hacer dupla con un hombre que se parece mucho a él: tabasqueño, beisbolista y con un pasado priísta.
UNIDOS POR LA PELOTA
La relación entre el presidente y el nuevo secretario de Gobernación no podría explicarse sin el beisbol. Gracias al llamado “Rey de los Deportes”, los dos López han establecido una relación de camaradería que alguna vez fue de franca rivalidad.
La acción más evidente ocurrió a los pocos meses de la llegada de López Obrador a Palacio Nacional, desde donde impulsó una inversión conjunta de 372 millones de pesos –entre la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y la Secretaría de Educación Pública– para la práctica del beisbol en Tabasco.
Esa millonaria bolsa se destinaría a la construcción de un nuevo estadio para el equipo Olmecas de Tabasco, otro más en el municipio de Cunduacán, la renovación del estadio “Manuel Vargas Izquierdo” y la apertura de una escuela de béisbol para niños.
El rescate financiero provocó críticas entre los opositores por considerar que era contrario a la política de austeridad pregonada por la llamada Cuarta Transformación, pero provocó el beneplácito de Adán Augusto López, otro fanático del deporte del bat.
“Gracias, señor presidente, por rescatar a Tabasco”, dijo el próximo exgobernador tabasqueño poco después del anuncio de la inversión millonaria. “Cuando esté listo el estadio, lo invito a jugar”.
ANTES RIVALES, AHORA COMPAÑEROS
Pero no siempre López Obrador y López Hernández estuvieron del mismo lado. Ni fueron amigos ni se sentían en el mismo equipo.
En el 2000, tras pasar por varios puestos en la administración estatal, Adán Augusto López fue elegido como el coordinador de campaña del candidato del PRI a gobernador de Tabasco, Manuel Andrade Díaz, un acérrimo rival de López Obrador.
En aquel año, el ahora presidente de México acababa de dejar la dirigencia nacional del PRD para convertirse en jefe de Gobierno de la capital mexicana, pero su influencia en el sol azteca era tan grande que desde la Ciudad de México operaba para movilizar a sus seguidores tabasqueños contra lo que él llamaba “el fraude de Andrade”.
La rivalidad entre ambos tabasqueños –el presidente de Macuspana, el próximo secretario de Estado de Paraíso– duraría poco: en el 2001, Adán Augusto López renunció a un cuarto de siglo como militante priísta y se cambió a las filas del perredismo.
Ahí entabló una relación cortés con su paisano, que pronto se convirtió en amistad y luego en camaradería: cinco años más tarde, en 2006, López Obrador daría a Adán Augusto López la encomienda de ser su coordinador de la campaña presidencial en la Tercera Circunscripción de México.
La orden era ganar, a como diera lugar, el voto popular en la tierra natal de los dos.
EL BATEADOR EMERGENTE
Aunque López Obrador perdió la elección formalmente por una diferencia de 0.56% de los votos frente al panista Felipe Calderón, los resultados que logró Adán Augusto López agradaron al hoy presidente y decidió mantenerlo cerca como parte de su equipo.
De la mano del mandatario mexicano, Adán Augusto López creció en la política: se convirtió en diputado local, federal y senador de la República.
En 2014 no dudó en renunciar al PRD para seguir a su amigo en la aventura de conformar un nuevo partido político y se unió al Movimiento Regeneración Nacional, que en 2016 lo eligió como dirigente estatal en Tabasco con miras a perfilarlo para ser el próximo gobernador.
Impulsado por la fuerza política de López Obrador, Adán Augusto López ganó fácilmente esa elección del 1 de julio de 2018: al presidente lo votaron más de 30 millones de personas y a él, 732 mil 743 tabasqueños. La dupla había triunfado simultáneamente.
Ya como gobernador, el 11 de julio pasado, López Obrador le hizo un guiño a su camarada: que si él aceptaba, el cargo de Olga Sánchez Cordero sería suyo para poder enviar a la ministra en retiro al Senado de la República como contrapeso a Ricardo Monreal.
“Sí, sí existe (la posibilidad de unirlo al gabinete), pero depende de Adán, pero además de la necesidad que se tiene de contar con un gobernador como Adán, pero sí existe. Tengo con Adán muy buena relación, nos identificamos bastante”, dijo López Obrador.
Consumada y aceptada la invitación al Palacio de Cobián, ambos buscarán repetir la fórmula ganadora de hace tres años. Uno desde Palacio Nacional y otro desde la avenida Bucareli harán equipo para ganar el partido más importante de sus vidas políticas: que la oposición no arruine los planes de la segunda mitad del sexenio de la llamada Cuarta Transformación y que Morena retenga la Presidencia de la República en 2024.
¿Podrá el amigo del presidente ser el bateador emergente que requiere para ganar la partida? La pelota está en el aire.