El luchador mexicano se convirtió en uno de los más populares en los años ochenta, pero su ego lo llevó a convertirse en cargador
LA AFICIÓN
La lucha libre es un deporte donde los atletas más capacitados alcanzan la popularidad en aficionados. Sin embargo, muchos de ellos no pueden lidiar con ella, por lo que terminan por arruinar sus carreras. Tal es el caso de Ultraman, un personaje de los años ochenta que pasó de la gloria, a convertirse en diablero en la central de abastos.
Ventura Chávez Pérez nació el 14 de agosto de 1947 en Coroneo, Guanajuato. Cuando era pequeño su familia decidió emigrar a la Ciudad de México. Al llegar a la Merced comenzó a practicar boxeo, pero más tarde cambió los guantes por las botas para dedicarse a la lucha libre.
Un día Alejandro de Alba, un luchador reconocido en el sector amateur, llegó al gimnasio donde Ventura entrenaba para cazar talento. Al ver el potencial de Chávez Pérez, comenzó a entrenarlo para pulir su técnica. Tras esto, consiguió su licencia de luchador profesional en 1968.
Si bien la Comisión de Box y Lucha de la Ciudad no le permitió usar su personaje de El Dinámico, la EMLL le otorgó el nombre de Milo Ventura, un famoso actor francés de los años sesenta.
A PUNTO DE MORIR
En tan sólo un año Milo Ventura ganó popularidad en la Arena Coliseo. Aunque perdió su cabellera en tres ocasiones, luchadores como El Solitario lo respaldaron usándolo como pareja en varias ocasiones, lo que le valió ser nombrado el novato de 1970.
Empero, Milo ventura sufrió un accidente en una función en la Coliseo, luego de intentar aplicar una rana a su rival, pero terminó golpeándose en la cabeza. Rápidamente lo llevaron a un hospital, pero el doctor le prohibió regresar al ring por una desviación en la columna vertebral.
EL SURGIMIENTO DE ULTRAMAN
Ante todo pronóstico Ventura Chávez salió de rehabilitación en condiciones para volver a los cuadriláteros. Al recibir el alta médica, se dirigió con los directivos de la Empresa Mexicana de Lucha Libre para volver a la acción, e inspirado por el programa japonés Ultraman, volvió a usar una máscara.
Comenzó una gira por todo México en 1975 con el fin de posicionar su personaje en el medio. Con creses se llevó de nueva cuenta el premio al novato del año, por lo que la UWA del Toreo Cuatro Caminos lo contrató como su luchador estrella.
Su performance como luchador ligero lo consolidaron en la UWA, ganando la aprobación de luchadores como El Santo, Huracán Ramírez, Aníbal y otros. No obstante, también enfrentó contra leyendas como Astro Rey, los Villanos, El Matemático, Blue Panther y algunos más.
En 1978 Ultraman obtuvo la oportunidad de representar a México en empresas extranjeras. Primero pasó por Panamá, Puerto Rico y Guatemala, después la New Japan Pro Wrestling lo llamó junto con Canek, El Solar y El Solitario para una función en Tokio.
En su llegada a tierras niponas, el público recibió con fervor al Cadete del Espacio, pero la sorpresa fue cuando el verdadero Ultraman, el personaje creado por Eiji Tsuburaya, lo recibió con flores en el ring. Su presentación gustó tanto al público que la NJPW lo contrató.
Al regresar a México acaparó la atención de los programas de televisión, llegando a presentarse en Hoy Mismo de Guillermo Ochoa y Lourdes Guerrero. Si bien su fama se comparaba al Enmascarado de Plata o Blue Demon, la avaricia lo llevó a perder su popularidad.
DE CADETE DEL ESPACIO A CARGADOR EN LA CENTRAL DE ABASTOS
Tras una gira en Japón y Corea del Sur, Ultraman ocasionó un accidente automovilístico por manejar en estado de ebriedad. Aunque salió ileso, ocasionó la muerte de los pasajeros del otro auto, pero debido a su influencia con algunos políticos quedó impune el caso.
En tan sólo cuatro meses Ultraman perdió la oportunidad de firmar con la NJPW y fue despedido tanto de la EMLL como de UWA, por lo que llegó a Tijuana para probar suerte.
En la frontera perdió la máscara cuatro veces: una ante Brazo de Oro, otra contra Cinta de Ojo en Ciudad Juárez, frente a Sangre Chicana en Nuevo Ladero y con Halcón de Oro en Reynosa. Al perder la dignidad en la lucha libre, amigos políticos lo lanzaron por la presidencia municipal de Nezahualcóyotl, pero por problemas legales salió de la contienda.
Debido a ello, se retiró de la lucha libre e ingresó a una iglesia tras percatarse de sus problemas de ego. Al verse en la quiebra, terminó cargando bultos en la Central de Abastos de la Ciudad de México. A finales de los noventa volvió a su carrera política y se convirtió en diputado federal.
Ahora, sin la avaricia y consiente sobre su oscuro pasado, Ventura Chávez pasa sus días dando su testimonio a los aficionados más jóvenes y longevos sobre su paso en la lucha libre.